El Senado de Estados Unidos llevó a cabo dos audiencias sobre la seguridad y calidad de fabricación de los aviones Boeing ayer miércoles, con informantes de la compañía testificando sobre las condiciones técnicas del ensamblaje. La empresa está bajo investigación desde enero, cuando una puerta se desprendió de una de sus aeronaves en un vuelo de Alaska Airlines.
Sam Salehpour, un ingeniero de calidad de la empresa testificó que había alertado sobre varias situaciones de alarma en seguridad durante la fabricación de los aviones, pero que sus reportes no tuvieron seguimiento. De acuerdo con sus declaraciones, la empresa «presenta fallos importantes en el cierre de uniones de las aeronaves», lo que podría ocasionar accidentes.
«Tengo serias dudas sobre la seguridad de los aviones 787 y 777 y estoy dispuesto a asumir un riesgo profesional por hablar de ellas», dijo en su declaración inicial. Dijo que cuando planteó sus preocupaciones, «se me ignoró. Me dijeron que no creara retrasos. Me dijeron, francamente, que me callara».
Afirmó que Boeing utilizó una cantidad de fuerza «ilimitada y sin medida», incluidas personas que saltaban sobre piezas del avión para corregir la desalineación entre secciones de los jets, y que la separación acabó siendo mucho mayor que la 5/1000 de pulgada permitida por las propias normas de Boeing.
«Cuando se opera a 35.000 pies, el tamaño de un cabello humano puede ser cuestión de vida o muerte», afirmó.
Senadores de ambos lados del pasillo expresaron su preocupación por el testimonio.
«Esta historia es grave, incluso sorprendente», dijo el senador demócrata Richard Blumenthal, de Connecticut, presidente de la subcomisión permanente de investigaciones del Senado. «Hay acusaciones crecientes y serias de que Boeing tiene una cultura de seguridad rota, y un conjunto de prácticas que son inaceptables».
Fuente: CNN