El Dr. Hernán Rodríguez, coordinador del Comité de Vacunas de la Asociación Panamericana de Infectología, informó que, según datos oficiales del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay, durante 2023 y lo que va de 2024 se registraron 385 fallecidos por COVID-19, dando énfasis en dos aspectos: el 99,7% no estaban vacunados y el 52% tenía 60 años en adelante.
Así también, destacó que los efectos adversos atribuibles a las vacunas son escasos, incluso insignificantes comparado con el enorme beneficio logrado en la prevención de cuadros graves y muertes por COVID-19.
El Dr. Rodríguez insistió en la necesidad de seguir construyendo evidencia científica y respaldarse en ella para determinar las recomendaciones de los esquemas de vacunación que se actualizan periódicamente.
Se refirió también al COVID prolongado, explicando que se trata de un proceso caracterizado por una serie de signos y síntomas que pueden afectar a diversos órganos, aparecen algunas semanas después de haber padecido COVID-19.
El riesgo de desarrollar COVID prolongado es mayor en personas con antecedente de reinfecciones por el SARS-CoV-2 o con cuadros graves de COVID-19. Las personas con dos o más episodios de COVID-19 tienen más de 3 veces la probabilidad de desarrollar problemas pulmonares o cardíacos, y más de 1,5 veces más probabilidades de padecer un trastorno neurológico, por ejemplo: niebla mental o accidentes cerebrovasculares. Según estudios actuales, las personas vacunadas tienen menos incidencia de COVID prolongado en comparación con las no vacunadas.
El Dr. Virgilio Lezcano, presidente de la Sociedad Paraguaya de Infectología, añadió que los trastornos de conducta en adolescentes y niños después de 12 semanas post-COVID podrían ser indicativos de COVID prolongado, subrayando la importancia de prestar atención a estos síntomas. Además, hizo mención a los problemas crónicos como dolores articulares, caída del cabello y trastornos de la memoria en adultos.
La Dra. Fátima Ovando, coordinadora de Actividades Científicas de la Sociedad Paraguaya de Infectología, resaltó la importancia de que los médicos de las distintas especialidades recomienden y prescriban la vacuna contra el COVID-19 en sus consultas para no perder oportunidades de vacunación, especialmente al evaluar a pacientes mayores, inmunocomprometidos y crónicos con enfermedades de base como: diabetes, asma, hipertensión y cardiopatías.
La Dra. Desirée Almirón, especialista en Medicina Interna e Infectología clínica, recordó que desde el inicio de la pandemia hemos aprendido que la vacunación es la herramienta más importante contra el virus.
“Aunque han surgido muchas variantes y subvariantes desde el inicio de la pandemia, ahora contamos con nuevas vacunas adaptadas a estas variantes. Las vacunas actuales (2023-2024) son diferentes a las de 2021, y es crucial que las personas se vacunen con estas nuevas formulaciones, ya que la vacuna actualizada permite estar mucho más protegido, previniendo cuadros graves, hospitalizaciones y muertes”, dijo.
La Dra. Almirón insistió en que estas nuevas vacunas son seguras y efectivas, con un esquema similar al de influenza y se pueden aplicar en simultáneo el mismo día.
Estas declaraciones se realizaron durante el panel de expertos en infectología «Resolviendo Dudas sobre la Vacunación contra COVID-19, Mitos y Realidades sobre la Plataforma ARNm, Variantes y Vacunas Actualizadas», realizado días atrás.
Vacunación gratuita en todo el país – Vacuna COVID Actualizada temporada 2024
La nueva vacuna monovalente XBB.1.5 de Moderna, posee la composición correspondiente a la temporada 2024 y está disponible de forma gratuita en los puestos de vacunación de todo el país a partir de los 6 meses de edad en adelante. Esta vacuna ofrece mayor protección contra las variantes del SARS-CoV-2 que actualmente están circulando a nivel local y mundial.
La aplicación anual contra el COVID-19, formulada para ser más efectiva contra las variantes circulantes, brinda mejor protección sobre las consecuencias graves que el virus podría provocar, como hospitalización y muerte. Se recomienda especialmente a las poblaciones vulnerables, como embarazadas, adultos mayores, personal de salud, personas con patologías crónicas de base y personas inmunosuprimidas, quienes son grupos de alto riesgo.