El Dr. Guido Venialgo, del Hospital Materno-Infantil Los Ángeles de Ciudad del Este, habló con Radio 1000 sobre el caso de un niño de ocho años con quemaduras de segundo grado que acudió al centro médico, esto aparentemente luego de ser rociado con aguarrás afectándole esta sustancia la mitad de la cara y gran parte del cuello.
El niño ya ha pasado por curación y se encuentra estable, no sufriendo mayormente dolor en estos momentos a pesar de que sus heridas tienen muy mal aspecto. En este sentido no se conocen las secuelas que tendrá a posteriori, y según la versión del padre, una niña de 14 años junto a una adolescente de 16 habrían sido las responsables.
Según se maneja, el menor se encontraba jugando con ambas cuando los padres lo encontraron quemado. Si bien el Dr. Venialgo no aseguró que el niño haya sido prendido fuego, sus heridas indicarían que en efecto fue así, estando además uno de los ojos afectados, con la víctima no pudiendo abrirlo en estos momentos.
