Laura Romero, futbolista del Club Cerro Porteño, habló hoy con Radio 1000 sobre su carrera en el deporte, recordando que siendo la sobrina del mundialista Julio César Romero e hija de Cipriano Romero, siempre estuvo muy rodeada por el fútbol, por lo que desde muy pequeña tuvo ganas de jugar.
En el colegio recordó que a las chicas les prohibían jugar al fútbol, pero comentó que ella se escondía y terminaba «chutando cualquier botellita» debido a su afición. Ya siendo niña fue llevada por sus padres a entrenar al Club Balderrama de Luque, donde comenzó a practicar y en el que además era junto a otra compañera la una chica en medio de varios hombres, los cuales destacó que siempre las trataron con mucho respeto.
A los 14 años fue fichada por Cerro Porteño, el cual tenía su base de entrenamiento de mujeres en el Club Mbiguá. Debido a esto, Laura mencionó que debían cruzar en balsa ya que por aquel momento ni siquiera la Costanera original existía, pero que con el paso del tiempo tuvo que abandonar el deporte para estudiar periodismo por algunos años debido a las dificultades.
Laura explicó que en su momento había apenas unos ocho clubes que contaban con equipos de fútbol femenino, siendo Olimpia el club al cual ella se acercó ya a los 20 años debido a que en Cerro el plantel se encontraba lleno. Rememoró que en su primer partido ya marcó tres goles y con el paso del tiempo terminó siendo la goleadora del torneo.
Con el paso de los años y a medida que el fútbol femenino se fue profesionalizando más, Laura mencionó que comenzó a tomarse la competencia más en serio, y finalmente logró finchar por el Sportivo Luqueño cuando este empezó a contar con su equipo de mujeres, algo que fue muy representativo para su familia que es oriunda de Luque.
Ya con una carrera hecha en nuestro país, Laura se trasladó a la Argentina por su cuenta para probar en varios clubes, aprovechando que contaba con una amiga en la vecina nación que la podía hospedar. Luego de mucho esfuerzo y bastantes obstáculos, logró ser fichada por River Plate al destacarse en una prueba en la cual había 500 chicas, siendo elegida ella y una jugadora uruguaya.
Luego de la Argentina, Laura también llegó a jugar en el fútbol femenino brasileño, en el cual destacó que el trabajo era todavía más profesional, algo por lo que dijo sentirse bastante impactada.