La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Suecia decidió otorgar el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2024, de manera conjunta, a Víctor Ambros y Gary Ruvkun por su descubrimiento del micro-ARN y su papel en la regulación genética postranscripcional, un principio fundamental que rige cómo se regula la actividad genética. Reciben un premio de 11 millones de coronas suecas (1.1 millones de dólares).
El Premio Nobel de este año destaca el descubrimiento de un mecanismo regulador esencial que las células utilizan para controlar la actividad genética.
La información genética fluye desde el ADN hacia el ARN mensajero (ARNm) mediante un proceso llamado transcripción, y luego es llevada a la maquinaria celular encargada de la producción de proteínas. En este paso, los ARNm se traducen para que las proteínas se fabriquen según las instrucciones genéticas almacenadas en el ADN.
Desde mediados del siglo XX, algunos de los descubrimientos científicos más importantes han explicado cómo operan estos procesos fundamentales.
Nuestros órganos y tejidos están formados por numerosos tipos de células diferentes, todas ellas con la misma información genética almacenada en su ADN. Sin embargo, estas células expresan conjuntos específicos de proteínas, gracias a la regulación de la actividad genética, que asegura que solo los genes correctos estén activos en cada tipo de célula.
Esto permite, por ejemplo, que las células musculares, intestinales y los diferentes tipos de células nerviosas cumplan con sus funciones especializadas. Además, la actividad genética debe ajustarse constantemente para adaptar las funciones celulares a las condiciones cambiantes de nuestro cuerpo y entorno.
Cuando esta regulación falla, puede desencadenar enfermedades graves como el cáncer, la diabetes o trastornos autoinmunes. Por ello, entender cómo se regula la actividad genética ha sido un objetivo en la investigación científica durante muchas décadas.
A finales de los años 1980, Víctor Ambros y Gary Ruvkun estudiaron el gusano C. elegans, un modelo útil para investigar el desarrollo de tejidos en organismos multicelulares.
Se centraron en los genes que controlan el momento de activación de los programas genéticos durante el desarrollo celular.
Ambros había demostrado que la cepa lin-4 era un regulador negativo de lin-14, pero no se comprendía cómo se bloqueaba la actividad de lin-14. Ambos investigadores se propusieron resolver esta incógnita sobre la relación entre estos genes.
Fuente: CNN-Internacional