California enfrenta una amenaza persistente de incendios forestales impulsados por los intensos vientos Santa Ana, mientras los bomberos trabajan para contener varios focos que han devastado la región.
Al menos 11 personas han perdido la vida, y se han reportado más de 35.000 hectáreas quemadas en el sur del estado, según informaron las autoridades el viernes.
En la ciudad de Los Ángeles y sus alrededores, los incendios han arrasado un área equivalente al doble del tamaño de Manhattan.
Las autoridades locales han decretado para la noche del viernes al sábado un toque de queda en las zonas afectadas por los catastróficos fuegos para garantizar la seguridad pública y evitar saqueos.
Además, se ha reforzado la seguridad con soldados de la Guardia Nacional de California.
Las restricciones estarán vigentes entre las 18.00 de la tarde y las 6.00 de la mañana hora local.
Unas 20 personas han sido detenidas por robos a las viviendas afectadas. Mientras que el incendio Kenneth, que se declaró la tarde del jueves, se investiga como un fuego provocado y hay un sospechoso arrestado.
Los incendios de Eaton y Palisades continúan descontrolados.
El frente en Pacific Palisades lleva ardiendo desde la tarde del martes y se ha convertido en “uno de los desastres naturales más destructivos en la historia de Los Ángeles”, según las autoridades.
Las llamas que arden desde el martes en Los Ángeles y sus alrededores han causado al menos la muerte de 11 personas, quemado más de 145 kilómetros cuadrados (el equivalente a dos veces la isla de Manhattan), destrozado miles de construcciones y obligado a la evacuación de más de 150.000 ciudadanos.
Fuente: Infobae / El País