En un grave incidente en Estambul, Turquía, el consumo de alcohol adulterado ha causado la muerte al menos 30 personas en los últimos tres días, mientras que al menos 31 permanecen hospitalizadas y se encuentran en estado crítico. Los pacientes más afectados podrían sufrir secuelas permanentes, como daños cerebrales.
En 2024, 110 persona fueron víctimas fatales del fenómeno, aunque durante las últimas dos semanas del año fueron 68 las muertes.
El gobierno de Recep Tayyip Erdogan lleva a cabo el «Operativo Alcohol» a lo largo de todo el país, con allanamientos para el decomisado de partidas de alcohol adulterado y productores de tales partidas que llevan a los agentes hasta la frontera con Siria.
La bebida que más se adultera es el raki, un licor anisado popular en Turquía, y el principal activo tóxico es el metanol, un alcohol sintético que se usa, en realidad, como combustible o solvente.
Turquía comparte, por geografía, usos y costumbres de los dos mundos entre los que media: el de Occidente y el de Medio Oriente.
El raki, bebida nacional turca, tiene un precio elevado debido a que el 61 % del costo de una botella, que ronda los 1.000 liras turcas (aproximadamente 27 euros), corresponde a impuestos. Este entorno fiscal restrictivo ha fomentado la producción casera y la venta de alternativas ilegales, exacerbando los riesgos para la salud de los consumidores.
Fuente: EFE
