Estados Unidos y Colombia pusieron fin este domingo a una breve pero intenso choque diplomático, luego de que Bogotá aceptó recibir los vuelos militares que había rechazado el fin de semana con migrantes deportados por el gobierno de Donald Trump.
La disputa incluyó el anuncio de aranceles y sanciones diplomáticas por parte de Trump, una respuesta parecida del presidente colombiano, Gustavo Petro, y duras palabras de lado y lado que parecen presagiar cómo será el tono de las relaciones exteriores de Washington.
La Casa Blanca dijo en un comunicado que Colombia acordó «aceptar sin restricciones a todos los extranjeros indocumentados de Colombia que regresen de Estados Unidos, incluso en aviones militares estadounidenses, sin limitaciones ni demoras».
«Los eventos de hoy dejan en claro al mundo que Estados Unidos es respetado nuevamente», agregó el comunicado.
Desde Colombia, el canciller Luis Gilberto Murillo confirmó que su país da por «superado el impasse» con Estados Unidos y que acepta los términos de la política de repatriación de Trump. «Seguiremos recibiendo a los colombianos y a las colombianas que retornen en condición de deportados», aseguró el diplomático en una rueda de prensa.
El presidente de Colombia Gustavo Petro había sido el primer gobernante en rechazar de forma explícita el aterrizaje de vuelos militares con migrantes deportados. Brasil también reclamó este fin de semana por la forma en la que están retornando a sus ciudadanos y pidió que se les respeten los derechos tras el arribo de un grupo de casi 100 migrantes que asegura llegaron esposados.
La pelea surgió este domingo cuando Petro anunció que su gobierno no aceptaría los vuelos con inmigrantes deportados hasta que el gobierno estadounidense creara un protocolo que trate a los migrantes con “dignidad”. Hizo el anuncio en dos publicaciones en la red X, una de las cuales incluía un video de noticias de inmigrantes supuestamente deportados a Brasil caminando por una pista con las manos y los pies atados.
Fuente: BBC