China ejecutó a cuatro ciudadanos canadienses por delitos relacionados con drogas, lo que ha provocado una fuerte protesta por parte del gobierno de Canadá y un llamado de Pekín a Ottawa para que “no se meta en asuntos internos”.
Este incidente ha exacerbado las ya tensas relaciones entre ambos países, marcadas por disputas comerciales, preocupaciones sobre derechos humanos y desacuerdos geopolíticos.
China, conocida por tener algunas de las leyes antidrogas más estrictas del mundo, ejecutó a cuatro canadienses en las últimas semanas por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Según las leyes chinas, el tráfico de más de 50 gramos de heroína puede resultar en la pena de muerte.
La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, confirmó las ejecuciones y expresó su fuerte condena, destacando que el ex primer ministro Justin Trudeau había pedido clemencia para los condenados. Aunque no se revelaron las identidades de los ejecutados, se informó que tenían doble ciudadanía, un estatus que China no reconoce.
Según el medio Newsweek, durante una conferencia de prensa regular del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, la portavoz Mao Ning defendió las ejecuciones, afirmando que combatir los delitos de drogas es “responsabilidad de todos los países”.
Fuente: EFE