El féretro del Papa Francisco, llevado en papamóvil por las calles de Roma desde la Basílica de San Pedro tras el funeral, llegó a Santa María la Mayor, para su entierro, como dejó escrito en su testamento. Antes de ingresar, el pueblo de Dios lo aplaudió. Cuatro niños presentaron flores blancas, signo de la inocencia y la nueva vida que comienza. La sepultura se llevó a cabo en una ceremonia privada.
El cortejo fúnebre atravesó el centro de Roma con decenas de miles de personas que se congregaron a su paso hasta llegar a la basílica romana, donde cuarenta personas, entre ellos desfavorecidos y algunos reclusos, esperaron su llegada en la escalinata de entrada con una rosa blanca.
Ahora, la atención se centrará en quién podría sucederle de entre 134 cardenales, que son elegibles para tomar las riendas de la Iglesia Católica. Cabe señalar que es poco probable que el cónclave para elegir a su sucesor comience antes del 6 de mayo, y podría no empezar hasta varios días después.