Por Ana Balbuena https://www.linkedin.com/in/anaibalbuena/
No es ninguna novedad que hoy en día uno de los mayores desafíos personales y profesionales es la necesidad de estar en modo aprendizaje constante.
No se trata solo de actualizar habilidades técnicas o adquirir nuevas competencias, sino también de mantenerse atento a los cambios del mercado laboral, a las transformaciones en las dinámicas de interacción humana y a las nuevas prácticas que emergen en las organizaciones.
Desde el campo que me compete y conozco –Psicología y Recursos Humanos– observo que esta necesidad permanente de adaptación también está redefiniendo nuestras prioridades. Algunos desafíos que se vuelven cada vez más urgentes son:
· Acompañar a quienes lideran equipos a crear espacios de seguridad psicológica, donde las personas puedan expresarse sin miedo y colaborar con confianza.
· Replantear la estrategia de adquisición de talentos, entendiendo que no solo buscamos cubrir vacantes, sino construir relaciones que generen valor a largo plazo.
· Diseñar esquemas de incentivos que no solo fidelicen, sino que conviertan a la organización en una propuesta atractiva desde el primer contacto.
· Implementar procesos de inducción y onboarding robustos, que no solo presenten la empresa, sino que permitan una integración auténtica al equipo y a la cultura organizacional.
Uno de los desafíos más complejos es el que se da en la intersección de las generaciones y la tecnología.
Hoy convivimos –y trabajamos– con personas que tienen experiencias y expectativas muy distintas. La clave está en promover la aceptación, facilitar el intercambio intergeneracional y fomentar una apertura al aprendizaje mutuo.
El conocimiento no solo se transmite de los mayores a los más jóvenes, sino también en sentido inverso: hoy también aprendemos de quienes nacieron inmersos en el entorno digital. En este contexto, no es casual que los sectores emergentes estén liderados por la tecnología. Muchos de los productos y servicios que las empresas ofrecen están ligados al mundo digital, y esto redefine los perfiles que se buscan: especialistas en informática, redes, ciencia de datos, inteligencia artificial, entre otros.
El desafío no es solo técnico, es también humano: ¿cómo acompañamos a las personas en su proceso de reconversión, aprendizaje y reinvención?
En definitiva, el aprendizaje constante ya no es una opción: es el nuevo punto de partida.
Y vos, ¿vas a seguir esperando que el contexto cambie… o vas a empezar a cambiar con él?