Por Ana Balbuena https://www.linkedin.com/in/anaibalbuena/
“El brillo del nuevo emprendimiento y la chispa de la posibilidad ya se apagaron y dejaron a su paso una densa neblina de incertidumbre”, escribe Brené Brown.
A este concepto ella lo llama “Día 2”: es ese momento denso y ambiguo, donde lo nuevo ya no es emocionante, pero lo sólido todavía no llegó.
En el mundo emprendedor, el Día 2 es casi un paso obligado.
He acompañado a personas que han experimentado esta etapa en sus caminos hacia lo nuevo y deseado. Una de ellas es Mili, una joven profesional, pujante y entusiasta que dejó la seguridad de su trabajo en relación de dependencia para lanzarse a la consultoría en Recursos Humanos y acompañamiento a organizaciones.
Al principio, todo era entusiasmo: ideas, propósito, ganas de hacer las cosas, el famoso «Día 1».
Pero pronto llegó ese momento donde las certezas comenzaron a desvanecerse. El calendario lleno de ideas empezó a llenarse de silencios, miedos, incertidumbre. Las dudas, que al inicio eran un murmullo, se volvieron ruidosas. “¿Estoy haciendo lo correcto?”, “¿Realmente tengo algo distinto para ofrecer?”, “¿Y si no funciona?”.
Con Mili trabajamos durante meses para poner luz en ese tramo del camino. No para despejar la incertidumbre por completo, sino para nombrarla, entenderla y atravesarla con más consciencia. Porque como bien dice Brené, el Día 2 no se salta: se habita.
Ese tránsito no fue cómodo, pero fue fértil porque dio lugar a la auto confianza, al saberse capaz a pesar de… Hoy Mili sigue construyendo su proyecto, con más claridad, más herramientas, y sobre todo con una consciencia nueva: sabe que cada vez que una etapa se transforma, ese «Día 2» vuelve a aparecer. Y ya no es temido, porque entiende que es parte del proceso.
Para quienes están emprendiendo, quiero dejar este mensaje: si estás en esa etapa en la que todo parece desdibujarse, no estás fallando, estás atravesando el Día 2. Y
eso no es una señal de que tenés que rendirte, sino de que estás cruzando el umbral donde empieza a gestarse lo verdaderamente tuyo, lo buscado.
Cuando te pase esto —porque en algún momento va a pasarte— hablalo, no lo enfrentes en soledad. Buscá espacios de apoyo, acompañamiento, comunidad. Nadie debería transitar el Día 2 solo, porque aunque hoy no lo veas con claridad, esa niebla que te envuelve también forma parte del proceso. Y si te animás a atravesarla, seguro se convertirá en un capítulo honesto y transformador en tu historia emprendedora.
Fuente: Brené Brown https://brenebrown.com
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