Paraguay está acostumbrado a mirar sus bosques desde la distancia, como telón de fondo de su desarrollo o como obstáculo cuando se trata de producir. Pero en los últimos meses, una nueva mirada comenzó a tomar forma dentro del Instituto Forestal Nacional (Infona): ¿y si el bosque fuera, justamente, el camino hacia el desarrollo? Con esa pregunta nació la semilla de una transformación mayor: la construcción de una Política Nacional Forestal que propulse a Paraguay como un país productor, conservacionista y competitivo a nivel global.
La ingeniera forestal Cristina Goralewski, presidenta del Instituto Forestal Nacional (Infona), en entrevista con Radio 1000 en InfoNegocios, destacó que la idea empezó a germinar en silencio, como una semilla que busca su espacio bajo tierra. En octubre del año pasado, en el Infona surgió una inquietud compartida: Paraguay necesita una hoja de ruta forestal que trascienda los discursos y los gobiernos, que organice el sector y lo proyecte como motor de desarrollo.
“Necesitamos un plan a largo plazo, que le dé estabilidad al sector y siente las bases de un desarrollo forestal real”, comentó.
Durante meses, se tejieron reuniones técnicas; se sentaron a la mesa productores, industriales, académicos y representantes de organismos públicos como el Ministerio de Industria y Comercio, el MAG, el Mades, la AFD y el IPTA. Así surgió un borrador que hoy está disponible en la web del Infona, abierto a la ciudadanía hasta el 30 de junio. Luego, tomará forma definitiva y será elevado al Ejecutivo para su aprobación.
Pero este no es solo un documento. Es una visión de país. Una invitación a dejar atrás el modelo extractivo y construir uno nuevo, donde el bosque ya no se vea como obstáculo, sino como aliado. “No se trata solo de plantar árboles, sino de impulsar una industria moderna, eficiente, que conserve y restaure, además de producir”, aclaró Goralewski.
El plan es ambicioso. Propone expandir las plantaciones forestales en suelos de alta aptitud —sin afectar bosques nativos— y, al mismo tiempo, restaurar áreas degradadas. En el corazón de la propuesta late una promesa: equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad.
Los números ya muestran el potencial. Paraguay viene batiendo récords en exportaciones de láminas y contrachapados, con mercados exigentes como Estados Unidos, España e Inglaterra. Sin embargo, gran parte de la industria sigue anclada en el pasado, con tecnología obsoleta. La política forestal apunta a cambiar eso: modernizar los aserraderos, elevar la competitividad y reducir el impacto ambiental.
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