Por qué el liderazgo del futuro necesita más imaginación que jerarquía
Por Ana Balbuena https://www.linkedin.com/in/anaibalbuena/
En los diálogos de la Antigua Grecia, Platón atribuía la creatividad a un rapto divino: el poeta no creaba, sino que era poseído por las musas. Aristóteles, en cambio, propuso una idea más humana y poderosa: poiesis, la capacidad de producir algo que antes no existía, guiados no por el azar ni por los dioses, sino por la razón y la intención. Crear, para Aristóteles, no era una algo espiritual, sino una facultad natural del ser humano.
En tiempos donde el liderazgo exige no solo gestión sino invención, esa antigua visión adquiere una nueva urgencia.
Crear es liderar
Un líder creativo no es un genio solitario. Es alguien que se atreve a mirar más allá de lo evidente y actuar desde una visión. Así como Aristótelesdefinía la poiesis como el acto de traer al mundo algo nuevo, el liderazgo creativo implica transformar estructuras, imaginar soluciones inéditas y construir realidades más justas.
Liderar, entonces, no es solo mantener lo que ya existe, sino abrir posibilidades. El liderazgo creativo es, ante todo, una forma de responsabilidad: la de no conformarse con lo dado.
¿Por qué hablo de la urgencia de un liderazgo creativo?
Hoy más que nunca, necesitamos líderes que piensen diferente. Nos enfrentamos a contextos cambiantes, marcados por la incertidumbre, la desigualdad y la fatiga de modelos que ya no responden a los desafíos actuales.
La creatividad —entendida como la capacidad de ver lo posible donde otros solo ven lo real— se vuelve una herramienta indispensable para navegar la complejidad.
Lamentablemente, el enfoque actual del liderazgo es principalmente jerárquico y a menudo excluye las diferencias, dejando muchas voces sin escuchar. El liderazgo creativo responde a esto, trata de fomentar la inclusión y la igualdad a través de la empatía, la claridad y la creatividad. Escuchar lo que nunca se escuchó, dar lugar a lo inesperado y construir con otros —no a pesar de las diferencias, sino gracias a ellas— es también una forma de creación.
En un mundo donde las respuestas automáticas se agotan, la creatividad es una forma de lucidez.
⁃ Ejemplo: El sector creativo en el Reino Unido HOY vale más que el sector financiero, lo que demuestra que la creatividad es esencial para el funcionamiento de la sociedad y la economía.
¿Cómo se cultiva un liderazgo creativo?
La creatividad no es un don inalcanzable. Se entrena, se practica, se contagia. Liderar creativamente implica rodearse de diversidad, habilitar el pensamiento original, tolerar la ambigüedad y sostener el riesgo de no saber todo. No se trata de tener siempre la mejor idea, sino de crear el espacio donde las mejores ideas puedan surgir.
Un liderazgo verdaderamente creativo no impone su visión: la co-construye. Practica la empatía, la escucha activa y se anima a desafiar los modelos heredados. Cultiva el diálogo, no el control.
Liderar así exige valentía. Porque crear, en el sentido más profundo, es también exponerse.
En tiempos de desafíos complejos, necesitamos líderes que no gestionen solo lo existente, sino que se atrevan a inventar lo necesario.
Como intuía Aristóteles, crear es un acto profundamente humano. Y quizás, hoy más que nunca, profundamente político.
El futuro necesita líderes valientes que actúen desde la creatividad. ¿Serás uno de ellos?
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