La economía de la guerra se adelanta y se posiciona. Los países de Europa se preparan para la próxima guerra, pero la cuestión no es si la habrá sino cuándo, describen los analistas internacionales. En un mundo con cada vez más conflictos bélicos, como invasión de Rusia a Ucrania y de mayor requerimiento de estar armados, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), registró una necesidad de un rearme masivo. La preponderancia de Estados Unidos aumentó en los últimos 4 años. El país de las barras y las estrellas tiene la voz cantante y por mucho sus armas representan el 64% del cúmulo de arsenal militar de la Alianza.
Estados Unidos es por mucho es el gran benefactor de los presupuestos armamentistas de la OTAN en comparación con países que reciben la misma protección por presupuesto exponencialmente menores. De ahí que los Estados Unidos exigió y logro más apoyo de las integrantes de la Alianza.
La Alianza refrendó su fuerte compromiso como la seguridad de Ucrania, país al cual garantizaron una defensa ante Rusia, recordando que el conflicto entre estas dos Naciones surgió tras las intenciones de Ucrania de ser miembro del grupo militar, lo que Rusia consideró como una ataque a su influencia regional.
Rusia, expectante desde el horizonte, afirmó que siquiera de este aumento histórico sea una amenaza para su seguridad.
La cumbre de la OTAN también estuvo enmarcada por persistente elogios del embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, quien agradeció por «presionar a sus miembros para mayores presupuesto y de haberlos llamado una papá que regaña a sus hijos por su bien», en referencia a Israel e Irán.
Los 32 países acordaron en una declaración de cinco puntos en los que se comprometieron en aumentar en un 5% del Producto Interno Bruto y su cooperación. Incluye el 3,5% del PIB para necesidades básica de defensa, un parámetro que se había fijado en un 2% destinado a financiar a las Fuerzas Armadas y Defensa Aérea, municiones, tanques y tropas. El plan suma 1,5% para las inversiones de defensa y seguridad para el 2035. Incluye infraestructura crítica, redes, innovación y la base industrial de defensa. Con esto, el gasto militar de los miembros de OTAN ascendió a USD 1.506 billones, 55% de gasto militar mundial.
La decisión es por una razón muy sencilla: en respuesta directa a la amenaza creciente que representa Rusia. Se basa en la convicción de que Moscú podría estar en condiciones de atacar a un miembro de la OTAN en un plazo de tres a cinco años.
El acuerdo se logró a pesar del rechazo de España, único país que no secundó la exigencia de Estados Unidos de aumentar de 2,1% a 5%. La Alianza dejó claro que todos los miembros deberán alcanzar al menos el núcleo del 3,5% en gasto militar, incluidos España, Bélgica y Eslovaquia, países que han expresado reservas.
Destacan que Rusia ya produce cuatro veces más munición que toda la OTAN junta, pese a contar con una economía muy inferior en tamaño, lo que exige un incremento inmediato de los recursos asignados a la defensa y la seguridad. El nuevo objetivo se desglosa en ese anunciado 3,5% para gasto militar directo y un 1,5% adicional para ciberseguridad, inteligencia y otros aspectos estratégicos.
Hace unas semanas, el jefe del Estado Mayor alemán, el general Carsten Breuer, lanzó advertencias desde el seno de la OTAN: Rusia podría estar en condiciones de lanzar un ataque directo contra uno o varios miembros de la alianza, en particular los estados bálticos, antes de 2029.
Lo hizo en el marco de la cumbre de seguridad Shangri-La en Singapur, donde Breuer aseguró que la acumulación militar rusa es de tal magnitud que no se puede descartar una agresión incluso antes de esa fecha.
Breuer explicó que el Kremlin no ve la guerra en Ucrania como un conflicto aislado, sino como parte de una escalada estructural contra la OTAN.
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