Familiares, amigos y compañeros le dieron el último adiós este sábado a Diogo Jota y a su hermano André Silva en el funeral celebrado en Gondomar, en la periferia de Oporto, en el norte de Portugal, donde ambos crecieron.
A la Iglesia Matriz de Gondomar, en la que tuvieron lugar las exequias, asistieron el seleccionador de Portugal, el español Roberto Martínez, que viajó la pasada madrugada desde EE. UU. donde está siguiendo el Mundial de Clubes; el presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), Pedro Proença; y antiguos compañeros del equipo nacional, como Bernardo Silva, João Moutinho, Rúben Dias, João Félix o Rui Patrício.
También desde EE. UU. voló su colega de la selección Rúben Neves, jugador del Al Hilal saudí, que se montó en el avión de camino al país ibérico, después de ser eliminado ayer en el Mundial de Clubes por el Fluminense brasileño.
Futbolistas y equipo técnico del Liverpool llegaron portando dos camisetas de flores con el número 20, de Diogo Jota, y el 30, de André Silva, que jugaba en el Penafiel luso. El defensa Virgil van Dijk portaba la del 20, mientras que la de André Silva la llevaba el centrocampista Jordan Henderson.
Asistieron al funeral, además, otros compañeros y excompañeros de Diogo Jota como Tiago Alcántara, Fabinho, Ricardo Carvalho y Nelson Semedo, y el que fuera su agente, Jorge Mendes, además del presidente del Oporto, André-Vilas Boas, en cuyo club jugó el delantero.
Tras la entrada de los invitados, los dos féretros fueron sacados de la Capilla de la Resurrección, justo detrás de la iglesia, para ser llevados al interior del templo, escoltados por jugadores, amigos y los familiares rotos de dolor.
Las exequias fueron oficiadas por el obispo de Oporto, Manuel Linda, y pese a que la ceremonia fue privada, se colocaron altavoces en el exterior para que la prensa y los numerosos vecinos de Gondomar que se acercaron para apoyar a la familia, muy conocida en el pueblo, pudieran oír la homilía.
Linda dirigió un mensaje a los tres hijos menores que deja Diogo Jota: “Queridos Dinis, Mafalda y Duarte, hijos que no están aquí, en este momento sufrís inmensamente o tal vez no, porque no entendéis”.
“Voy a rezar mucho por vosotros, quien sufre mucho es vuestra madre y vuestros abuelos. Ver los restos mortales de un hijo debe de ser un tormento mayor, y más cuando son dos sarcófagos”, dijo el obispo.
“Es difícil ver a un adulto llorar, pero más difícil es ver a un niño. Os envío un saludo especial a través de vuestra madre y abuelos. Estoy con vosotros, pero Jesús está también con vosotros”, remarcó.
Se da la circunstancia de que el jugador se había casado con su pareja desde hacía 13 años, Rute Cardoso, el pasado 22 de junio, con la que tenía tres hijos menores de edad, de cuatro y dos años, y la pequeña de ocho meses.
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