La Unión Europea aprobó este viernes el nuevo paquete de sanciones contra Rusia, la 18º tanda desde el inicio de la invasión de Ucrania, que incluye el tope de precio máximo al petróleo ruso de 47,6 dólares, tras superar el veto que ejercía Eslovaquia que vinculaba su visto bueno a recibir garantías de la Comisión Europea sobre su suministro de gas.
«El mensaje es claro: Europa no retrocederá en su apoyo a Ucrania. La UE seguirá aumentando la presión hasta que Rusia ponga fin a esta guerra”, declaró la jefa de política exterior del bloque, Kaja Kallas. “Cada sanción debilita la capacidad de Rusia para sostener el esfuerzo bélico», añadió.
Las nuevas medidas fueron aprobadas después de semanas de resistencia por parte del primer ministro eslovaco Robert Fico, considerado uno de los aliados más cercanos al Kremlin dentro de la UE. Fico accedió a retirar su oposición tras recibir “garantías” sobre el impacto del fin del gas ruso en los precios nacionales, en el marco del plan europeo para eliminar completamente las importaciones energéticas de Rusia antes de 2027.
Una de las piezas centrales del nuevo paquete es la modificación del límite al precio del petróleo ruso exportado a terceros países.
El tope, fijado originalmente en 60 dólares por barril en 2022 por los países del G7, pasará ahora a un valor inicial de 47,6 dólares, lo que representa un recorte del 15 % respecto al precio de mercado. Esta medida busca limitar los ingresos del gobierno de Vladimir Putin sin interrumpir el suministro global de crudo.
El mecanismo implica que las compañías europeas de transporte marítimo y seguros, clave en el comercio internacional de petróleo, no podrán prestar servicios para cargamentos vendidos por encima del precio establecido. Aunque la medida fue adoptada por la UE, aún no cuenta con el respaldo de Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump no se ha pronunciado favorablemente al ajuste. Sin embargo, se espera el respaldo de otros socios del G7 como Reino Unido y Canadá.
Además del ajuste petrolero, la UE amplió sus sanciones a más de 100 embarcaciones que forman parte de lo que Bruselas denomina la “flota en la sombra” de Rusia: buques antiguos y de bandera dudosa utilizados para evadir los controles de exportación. También se anunciaron medidas para evitar la reactivación de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el mar Báltico, actualmente inactivos desde el estallido de la guerra.
Las sanciones se extienden también a actores fuera de Rusia. Entre los nuevos objetivos se encuentra una refinería petrolera en India de propiedad rusa y dos entidades bancarias en China, que habrían facilitado transacciones que el bloque considera contribuyentes indirectas al esfuerzo de guerra de Moscú.
En el plano financiero, la UE expandió su prohibición de transacciones con bancos rusos y profundizó las restricciones a la exportación de productos de «doble uso»: bienes tecnológicos o industriales que pueden tener aplicaciones tanto civiles como militares, y que podrían ser empleados por el ejército ruso en Ucrania.
Fuente: Europa Press
Discussion about this post