Sharon, Jack y Kelly Osbourne vieron emocionalmente los tributos a Ozzy Osbourne en el Black Sabbath Bridge mientras su procesión fúnebre viajaba por Birmingham, Inglaterra, ayer miércoles. Fanáticos y familiares lo despidieron con lágrimas, amor y rock eterno.
La carroza fúnebre avanzó entre la multitud, acompañada de una banda que interpretó una versión de «Iron Man», uno de los himnos eternos de Black Sabbath. Un adiós que estremeció a todos.
Luego, en el palacio de Buckingham, durante el cambio de guardia, la banda de los Coldstream Guards tocó la canción de «Paranoid» en memoria del extinto vocalista de la banda Black Sabbath, quien murió el 22 de julio de esta año.
No habrá más giras. No habrá más gritos. Sólo queda el eco inmortal del metal que Ozzy Osbourne ayudó a nacer.
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