Víctor Pavón, economista, habló con Radio 1000 e Infonegocios sobre los mercados internacionales y el comportamiento de productos como el café, el cacao y la carne, que registraron incrementos que preocupan a consumidores y empresas en todo el mundo. Afirmó que más allá de los titulares, este escenario también abre puertas de oportunidad para países productores como Paraguay.
El economista resaltó que los precios no se moverán todos en la misma dirección. “Algunos productos subirán, otros se mantendrán y varios tenderán a bajar hacia 2026, cuando la economía global recupere fuerza”, explicó. En especial, los alimentos producidos localmente tienen mejores perspectivas que aquellos que dependen de la importación.
Un ejemplo claro es la carne. Tras años de sequía que redujeron el hato ganadero, hoy la producción se está recomponiendo y el ingreso de carne brasileña ayudó a estabilizar precios. A eso se suman las aperturas de nuevos mercados, como el estadounidense, que representó un hito para la ganadería local. “Eso genera certidumbre y mayores ingresos para el país, y demuestra que con resiliencia y apertura de mercados se puede salir fortalecido de una crisis”, destacó Pavón.
El economista también ve en este contexto una oportunidad para apostar más por la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones en rubros donde Paraguay puede crecer. “Tenemos espacio para aprovechar exoneraciones fiscales y atraer inversiones que permitan fabricar aquí lo que antes traíamos de afuera. Así se protege al consumidor y se generan empleos”, apuntó.
Claro que no todo depende del clima o de los mercados internacionales. Pavón advirtió que el gobierno debe enfocarse en resolver problemas internos, como el déficit de las cajas fiscales, y evitar intervenciones que generen incertidumbre en el sector privado. “La receta es simple: menos peso del Estado sobre la gente y más apertura al comercio. Eso es lo que atrae inversiones y mejora la competitividad”, resumió.
Así, mientras el mundo se enfrenta a un café más caro y a chocolates en versiones más pequeñas, Paraguay puede aprovechar la coyuntura para consolidar su producción local, fortalecer su rol como exportador de carne y soja, y avanzar en reformas que le den estabilidad a largo plazo.
En otras palabras, la tormenta global puede transformarse en viento a favor si el país toma decisiones estratégicas. Y aunque el 2025 se perfila desafiante, las perspectivas para 2026 invitan a mirar con optimismo: más producción, más oportunidades de exportación y la posibilidad de que los precios se acomoden para beneficio de consumidores y productores.
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