El ingeniero Diego Oddone, vicepresidente de Asuntos Estratégicos y Planificación de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), en entrevista con Radio 1000, dio a conocer los resultados de un análisis técnico realizado por el Centro de Estudios Estratégicos de la agrupación gremial, sobre los posibles impactos económicos de una eventual apertura de relaciones con la República Popular China, acompañada de un Tratado de Libre Comercio (TLC), situación pretendida por algunos países socios del MERCOSUR.
El informe propone un enfoque integral, basado en datos, que permita reflexionar sobre los efectos de una decisión de alto impacto para la estructura del país. Se destaca que cualquier decisión debe considerar no solo beneficios comerciales, sino también los efectos sobre la industria nacional, el empleo, las finanzas públicas, la geopolítica y el modelo de desarrollo productivo a largo plazo.
A primera vista, los posibles beneficios con China Continental parecen atractivos con algunos supuestos: una mejora eventual en los precios de exportación de soja (USD 202 millones anuales), un ahorro en importaciones (USD 220–250 millones) y un acceso potencial a obras de infraestructura con financiación reembolsable por valor de USD 232 millones. Sin embargo, el estudio subraya que estos efectos positivos deben contrastarse con otros factores de mayor profundidad.
Lejos de confrontar, se busca aportar elementos objetivos para una discusión madura sobre el modelo de desarrollo que se proyecta como país. No se trata solo de cuantificar las ventajas, sino también de exponer perdidas y amenazas, si no se actúa con planificación y enfoque estratégico, resalta el estudio elaborado por el CEE de la UIP.
El saldo macroeconómico tiende a ser negativo: al considerar el conjunto de efectos, el estudio estima un saldo neto desfavorable de aproximadamente USD 592 millones anuales en comparación con el escenario de China Continental, como resultado de:
• La pérdida del mercado taiwanés para exportaciones paraguayas al año 2026 (–USD 299 millones).
• La interrupción de cooperación bilateral en becas, créditos y donaciones (–USD 225 millones).
• Una reducción en la recaudación fiscal por desarme arancelario (–USD 220–250 millones).
• Un posible impacto en sectores sensibles de la industria, con riesgo de cierre de plantas y más de 11.500 empleos directos afectados solo en el primer año (–USD 428 millones).
Esta asimetría plantea un patrón preocupante de mediano y corto plazo donde las ganancias se concentrarían en grandes exportadores de soja y carne, mientras que los costos recaerían sobre miles de trabajadores y sobre las finanzas públicas. Se advierte que este tipo de apertura podría derivar en una “privatización de beneficios y socialización de costos”, si no se contemplan medidas de protección y diversificación.
Los sectores más afectados serían el textil, químico, metalúrgico y de calzado, con miles de empleos en riesgo. Al mismo tiempo, el Estado perdería importantes ingresos para financiar políticas sociales y de infraestructura.
Reforzar capacidades antes que depender
El CEE enfatiza que lo que está en juego, bajo las premisas definidas, no es solo una relación bilateral, sino la estructura misma del desarrollo nacional. Escoger una nueva alternativa a la existente, consolidaría en el siglo más tecnológico que haya visto de la humanidad un patrón primarizado de crecimiento basado en commodities, en detrimento de la industrialización, la generación de empleo calificado y la autonomía productiva.
En contrapartida, el análisis sugiere fortalecer la alianza con Taiwán como vía para:
• Escalar la formación de capital humano a través de la Universidad Politécnica Taiwán–Paraguay.
• Promover la instalación de industrias con transferencia tecnológica.
• Movilizar inversiones en sectores de alto valor agregado como energías limpias, tecnología, innovación e infraestructura.
El análisis no trata únicamente de elegir entre dos socios comerciales, sino de definir una visión de desarrollo sostenible. Un acercamiento a China Continental sin una firme estrategia integral podría limitar las capacidades productivas y fiscales a futuro.
El estudio concluye que el fortalecimiento de alianzas tecnológicas estratégicas, en especial con Taiwán, constituye una oportunidad para consolidar la soberanía económica y proyectar a Paraguay como un socio de desarrollo ante sus países aliados.
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