En una jornada marcada por la sorpresa y el desconcierto, Bayer Leverkusen confirmó el despido de Erik ten Hag después de apenas dos partidos oficiales en la Bundesliga 2025/26. La decisión, comunicada este lunes, pone fin a una breve y turbulenta etapa que apenas dio comienzo.
Ten Hag fue fichado en mayo con la esperanza de mantener el alto nivel dejado por Xabi Alonso, quien condujo al equipo a un campeonato invicto en la Bundesliga y a la conquista de la DFB-Pokal.
Con contrato hasta junio de 2027, su elección generó ilusión: un técnico con experiencia en grandes ligas y acostumbrado a pulir talentos en Ajax y Manchester United.
Pero el sueño se desplomó. En su primer partido liguero, Leverkusen cayó 2-1 frente a Hoffenheim. El segundo, aún más dramático: un empate 3-3 ante Werder Bremen, pese a dominar y jugar ante un equipo con un hombre menos. El gol encajado en el 94’ fue el detonante.
Según la comunicación del club, el despido fue «doloroso pero necesario». Fernando Carro, director ejecutivo, enfatizó la necesidad de garantizar las condiciones internas propicias para alcanzar las metas del club. Simon Rolfes, director deportivo, admitió que no fue una decisión sencilla, pero que la situación exigía una respuesta inmediata.
El impacto del anuncio no solo pesa en Leverkusen; se inscribe en una corriente de caídas aceleradas para antiguos entrenadores del United: Mourinho y Solskjaer, despedidos días antes, completan un panorama que subraya la vertiginosa inestabilidad al más alto nivel.
Mientras el equipo encara sus próximos partidos bajo dirección interina, la urgencia por designar un nuevo entrenador que revitalice el proyecto es más acuciante que nunca. Leverkusen transita ahora por una encrucijada: buscar el equilibrio entre paciencia y necesidad de resultados inmediatos.
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