Jorge Bernardes, presidente del Club de Ejecutivos del Paraguay, habló con Radio 1000 e Infonegocios sobre la decisión del Ejecutivo de que haya más feriados al año, y sobre lo que piensa el sector empresarial además el impacto en la economía. La normativa incorpora al 20 de junio como fecha patria y faculta al Poder Ejecutivo a decretar hasta tres feriados adicionales por año.
En medio de la expectativa por un posible feriado si Paraguay clasifica al Mundial tras el partido de este jueves, la discusión sobre la conveniencia de sumar días no laborables vuelve a ponerse sobre la mesa. El titular del Club de Ejecutivos recordó que entre sus más de 700 socios conviven rubros muy distintos, por lo que la lectura no puede ser única.
“Un feriado puede tener demasiadas formas de ver y analizar. A muchos que están en el área de entretenimiento, retail, gastronomía o turismo les conviene y mucho, porque fomenta el consumo y la actividad social. Pero, por otro lado, hay industrias y sectores productivos que lo sufren porque implica pagar horas extras o directamente frenar la producción”, señaló.
Existe un lado positivo en cuanto al consumo y turismo interno, algo innegable. Además, el entusiasmo de los paraguayos por el fútbol explica en gran medida la posibilidad de un feriado tras un eventual triunfo albirrojo. En este caso, el beneficio para bares, restaurantes, shoppings, hoteles y el sector de entretenimiento es evidente. La extensión del fin de semana, sobre todo cuando el feriado cae un viernes, es vista como una oportunidad para dinamizar el turismo interno y las actividades sociales.
Bernardes se mostró partidario de aprovechar estratégicamente estos movimientos: “Yo soy partidario de mover los feriados a los viernes, porque ahí la gente puede aprovechar para hacer turismo interno, lo cual también favorece al desarrollo de la economía”.
En esa línea, consideró que un feriado posterior a un partido histórico puede leerse como un acompañamiento del Estado al ánimo colectivo, con efectos positivos para los sectores orientados al consumo.
Sin embargo, no todas las empresas salen ganando. En contraposición, la normativa laboral obliga a pagar doble a quienes trabajan en feriados, lo que representa un costo considerable para industrias con gran cantidad de empleados. En otros casos, directamente se paralizan líneas de producción o se retrasa la entrega de servicios.
“Muchas empresas que necesitan que los colaboradores vayan a trabajar no van a poder contar con ellos o tendrán que pagar doble. Imaginá una empresa que tenga mil funcionarios que sí o sí necesitan operar. Eso impacta en la estructura de costos y en la competitividad”, advirtió Bernardes.
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