El seleccionador de Paraguay, Gustavo Alfaro, afirmó que su equipo «no se relaja nunca» y, por ese motivo, conquistó ayer martes su primera victoria en Lima, tras vencer por 0-1 a Perú en un partido de la última jornada de las eliminatorias sudamericanas al Mundial del 2026.
«Como le decía a los chicos: podemos perder contra cualquiera, pero no porque nos relajemos, porque nos dejemos estar, porque de pronto uno sienta que el objetivo ya lo conquistó. Paraguay no se relaja nunca», remarcó Alfaro en la rueda de prensa.
«Lo que nosotros queremos es ganar, pero no podemos garantizar ese tipo de cosas. Uno se acostumbra tanto a ganar como a perder; cuando la confianza va mermando y se bajan los brazos, uno termina acostumbrándose a perder. Yo quiero un equipo que se acostumbre a ganar, que pelee por ganar y que sepa sufrir», agregó Alfaro.
Según explicó Alfaro, lo hecho hasta ahora alcanzó para obtener el boleto, pero no será suficiente de cara a la cita mundialista del 2026. El entrenador enfatizó que la evolución de Paraguay no depende de la actitud, que ya valora en su plantel, sino en elevar el nivel competitivo.
«Nosotros lo que necesitamos es nivelarnos hacia arriba porque o sino vamos a dar ventajas y con la garra no nos va a alcanzar, con la garra, con la entrega, con eso no nos va a alcanzar, el equipo tiene que jugar mejor, tiene que tener posesión de pelota, tiene que recuperar mejor, tienen que tener mejores transiciones, tiene que hacer mejor utilización de la pelota, tenemos que trabajar, y no le hemos trabajado todavía. Tenemos mucha tarea por delante. A lo que nosotros pretendemos llegar a la Copa del Mundo me falta mucho, al ideal que uno pretende de Paraguay y para que Paraguay se prepare, para hacer la Copa del Mundo que queremos jugar, tenemos mucho trabajo por delante. Es lo que decimos a los jugadores», expuso Alfaro.
El ciclo de Alfaro deja números contundentes: tomó a un equipo con apenas cinco puntos en seis partidos y lo transformó en uno de los clasificados con mayor solvencia, al sumar 23 unidades en las siguientes 12 fechas.
Con ello, Paraguay regresará a un Mundial tras 16 años de ausencia, desde Sudáfrica 2010, donde alcanzó los cuartos de final antes de caer ante España.
El equipo paraguayo recuperó su identidad histórica, pragmática y sólida, que le permitió volver a ser competitivo en una eliminatoria exigente.
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