El Ministerio de Industria y Comercio (MIC) busca dar un paso decisivo en materia de financiamiento para las micro, pequeñas y medianas empresas. Con apoyo técnico de la Oficina del Tesoro Americano y la Comisión de Industria y Comercio del Senado, el viceministro de Mipymes, Gustavo Giménez, encabezó una reunión para discutir la Ley de Garantías Mobiliarias, una normativa que (de promulgarse) podría cambiar las reglas del juego para miles de emprendedores que hoy siguen fuera del sistema financiero.
La ley, originalmente impulsada en 2020, apunta a permitir que las mipymes puedan ofrecer bienes muebles (como maquinarias, insumos o equipos) como garantía para acceder a créditos, sin depender exclusivamente de propiedades inmobiliarias. “Buscamos dotar al ecosistema de un instrumento moderno que mejore el acceso al financiamiento”, expresó Giménez durante la reunión, presidida por el senador Luis Pettengill.
Guillermina Imlach, vocera de la Asomipymes, en entrevista con Radio 1000 e InfoNegocios, recordó que el gremio participó desde la etapa inicial del proyecto y hoy mantiene su respaldo firme. “Nosotros seguimos defendiendo esta ley porque va a ayudar mucho a las microempresas, que muchas veces no pueden sacar un crédito así nomás, pero sí tienen maquinaria o stock que podrían usar como garantía”, señaló.
El sistema actual deja a miles de pequeños productores e industrias con las manos atadas: o bien no tienen propiedades a su nombre, o ya están endeudados con varios bancos y no logran abrir nuevas líneas de crédito. “Hay socios que están pagando tres préstamos distintos, y aunque estén al día, ya no pueden acceder a otro. Con esta ley, podrían usar sus maquinarias como garantía para un crédito más chico, para comprar insumos o seguir produciendo”, explicó Imlach.
La propuesta que es similar a modelos exitosos aplicados en otros países, según los expertos internacionales que acompañan la mesa técnica, permitiría movilizar activos que hoy están “inactivos” financieramente, convirtiendo el capital de trabajo en una herramienta real de acceso al crédito.
Para Imlach, el impacto que alcanzaría es gigantesco. “Imagínate una microindustria de confecciones que necesita una máquina más para bordar, gana una licitación y tiene que entregar en poco tiempo. Si no puede endeudarse más porque todavía está pagando otras máquinas, hoy se queda fuera del negocio. Pero si puede usar la maquinaria que ya tiene como garantía, accede a ese crédito y sigue creciendo”.
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