La Policía fue alertada en la mañana del lunes sobre el hallazgo del cuerpo de una persona que flotaba en las aguas del río Paraná, en inmediaciones de Domingo Martínez de Irala.
El cadáver, en avanzado estado de descomposición, fue encontrado dentro de una bolsa arpillera. Debido a su deterioro, en un primer momento no fue posible determinar su identidad.
Sin embargo, una alta fuente policial informó ayer que los tatuajes del cuerpo coinciden plenamente con los de uno de los presuntos sicarios involucrados en el asesinato del teniente coronel Guillermo Moral Centurión, ocurrido meses atrás.
Para confirmar esta hipótesis, los investigadores solicitarán a la Justicia la autorización para extraer muestras biológicas de la madre del sospechoso y realizar un análisis de ADN que permita confirmar o descartar la identidad del fallecido.
Uno de los agentes intervinientes explicó que un tatuaje en el brazo izquierdo del cadáver coincide “exactamente” con el de uno de los hombres identificados como autor material del atentado contra el militar.
Desde el inicio de las investigaciones, la Policía manejaba la versión de que los autores materiales del crimen habrían sido “ajusticiados” para evitar que sean capturados y revelen quiénes los contrataron.
Las autoridades contaban con información de que los sospechosos se escondían en Ciudad del Este, donde incluso se realizaron varios operativos para localizarlos, aunque sin resultados positivos.
En el marco del caso, fueron detenidas dos personas que, según los investigadores, tendrían una implicación directa. Uno de ellos habría confesado haber realizado transferencias de dinero a uno de los prófugos, presuntamente por pedido de su tío. Ambos permanecen recluidos.
Ayer, los agentes iniciaron la búsqueda de la madre de uno de los sospechosos para proceder con la extracción judicial de una muestra biológica. Esta será comparada con el ADN obtenido del cuerpo hallado en el Paraná.
Fuentes del caso reiteraron que el tatuaje en el brazo izquierdo del cadáver coincide sin diferencias con el de uno de los presuntos sicarios del teniente coronel Moral Centurión.
El doctor Pablo Lemir, director de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público, en entrevista con Radio 1000, indicó que el cuerpo hallado a orillas del río Paraná llevaba cerca de 30 días en el agua, que se estima que la víctima tenía entre 16 y 17 años, y que presenta un tatuaje similar al de uno de los autores del asesinato del militar. El sicariato ocurrió el 2 de octubre.
«La parte donde está totalmente perdida, me refiero a los músculos y a la piel, es en el rostro, donde tuvo la lesión (herida de arma de fuego)», agregó.
El profesional estimó que la extracción de ADN de los huesos puede llevar 15 días o más.
Fuente: La Jornada






















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