En las próximas semanas, es probable que el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo ratifiquen un acuerdo comercial con el Mercosur, según The Economist.
Los días 9 y 10 de noviembre, la UE se reunirá con los 33 países que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en una cumbre en la ciudad colombiana de Santa Marta. En las próximas semanas, es probable que el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo ratifiquen un acuerdo comercial con Mercosur, un bloque de libre comercio liderado por Argentina y Brasil.
En septiembre, la Comisión Europea finalmente envió el texto al Consejo, donde será debatido por los ministros de comercio de los 27 Estados miembros. Los funcionarios en Bruselas se muestran optimistas de que las capitales nacionales y el parlamento aprobarán el acuerdo, allanando el camino para su entrada en vigor a mediados de 2026.
El acuerdo se ha visto frenado por los grupos de presión proteccionistas a ambos lados del Atlántico, y especialmente por los agricultores europeos que temen a la agroindustria sudamericana. Sin embargo, dos cosas han cambiado. En primer lugar, la Comisión ha adoptado nuevas directrices para compensar a los agricultores por las pérdidas sufridas y se ha esforzado más por informarles sobre las salvaguardias del acuerdo.
Alemania, Italia, Portugal y España respaldan el acuerdo. Austria, Francia, Irlanda y Polonia se han opuesto. Al final, todos, excepto Polonia, podrían sumarse. Y si bien existe oposición en el Parlamento, pocos esperan su rechazo.
Este acuerdo consolida y amplía una relación comercial existente valorada en unos 150.000 millones de dólares anuales. El pacto elimina los aranceles sobre aproximadamente el 90% del comercio de bienes en ambas partes, aunque la mayor parte de esta eliminación se extiende a lo largo de 12 años. En un estudio publicado en julio, la Comisión calcula que el acuerdo impulsará las exportaciones de la UE en 49.000 millones de euros (56.000 millones de dólares) y las de Mercosur en 9.000 millones de euros.
Los funcionarios europeos creen que el acuerdo frenará la creciente influencia de China en la cuota de mercado europea del Mercosur (que también incluye a Paraguay y Uruguay). Para el Mercosur, representa un avance significativo para un bloque que se ha mantenido bastante aislado del mundo exterior.
Lo que podría surgir de Santa Marta es un plan para celebrar reuniones ministeriales anuales, mientras que es probable que la UE, en la práctica, priorice las relaciones bilaterales con países más grandes como Brasil y México. Pero, sean cuales sean las dificultades, se trata de una relación que vale la pena profundizar.
Fuente: The Economist






















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