Oscar, mediapunta de São Paulo de Brasil y uno de los talentos más finos surgidos en la última década, atraviesa un momento crítico. Una alteración cardíaca detectada durante las pruebas médicas de pretemporada encendió todas las alarmas y derivó en su hospitalización inmediata.
El jugador, de 34 años, perdió brevemente la conciencia durante un examen en bicicleta, lo que activó los protocolos de emergencia.
El club «tricolor» confirmó que se encuentra estable, pero a la espera de nuevos estudios que determinarán si puede continuar con su carrera o si, definitivamente, debe detenerse.
Desde su regreso a Brasil, Oscar encadenó lesiones musculares, fracturas y periodos prolongados de inactividad. Aquella fractura de vértebras que ya comprometió su salud en el pasado parecía haber quedado atrás, pero este nuevo diagnóstico vuelve a situarlo ante un dilema que trasciende el deporte: su bienestar físico frente a la pasión de seguir jugando. Según reportes de Globo Esporte, la posibilidad de una rescisión contractual es alta.
En São Paulo, el impacto ha sido enorme. El club contaba con el mediocampista como una de las piezas clave de su proyecto hasta 2026, tanto por su experiencia como por su liderazgo dentro del vestuario. Ahora, la entidad deberá replantear su planificación, priorizando la salud del jugador por encima de cualquier objetivo deportivo. «Oscar está siendo monitoreado de cerca y recibirá toda la atención necesaria», comunicó la institución en una nota oficial.
Oscar, mientras tanto, se encuentra acompañado por su familia y médicos personales, consciente de la magnitud del momento. Desde el entorno del jugador manifestaron que, si los resultados confirman el riesgo, valorará seriamente la retirada definitiva. Sería un desenlace amargo para un futbolista que deslumbró en Europa con el Chelsea y en la selección brasileña, pero cuya carrera ha estado permanentemente marcada por la fragilidad física.
Fuente: Globo Esporte























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