Rusia está intensificando sus ataques híbridos mediante drones, sabotajes y desinformación. Expertos militares y criminalistas alemanes advierten que la situación es grave.
¿Qué es una guerra, y cuándo comienza, sobre todo actualmente, en la era digital de los ciberataques?
«Si una corbeta alemana es atacada y hundida por un submarino ruso, eso se consideraría guerra», afirma Sönke Marahrens, coronel de las Fuerzas Armadas de Alemania y estratega militar. Hasta aquí, todo claro. «Pero, ¿qué ocurre si se introducen virutas de metal en la maquinaria del barco y este queda inoperativo? ¿Es eso guerra?», plantea.
Marahrens es experto en amenazas híbridas. En la conferencia de otoño de la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA), debate los retos del futuro con expertos en seguridad alemanes e internacionales en Wiesbaden.
Su escenario del sabotaje a la operatividad de un barco de guerra alemán es real: el incidente se produjo en enero de 2025 a bordo de la corbeta Emden, poco antes de su entrega a la Armada alemana.
Europa vive un aumento continuo de ataques híbridos. Militares, policías, políticos y científicos advierten en la conferencia sobre seguridad que la situación es grave.
Las advertencias son unánimes: «Estamos presenciando una escalada significativa de la situación», concluye Silke Willems, vicepresidenta del Servicio Federal de Inteligencia alemán (BND).
«Alemania es blanco de ataques híbridos a diario», subraya, por su parte, el ministro del Interior alemán, Alexander Dobrindt, de la conservadora Unión Social Cristiana. Los ataques provienen de múltiples frentes: «La democracia está bajo presión, tanto interna como externa», advierte Holger Münch, presidente de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA).
El ministro del Interior alemán califica la contundencia de los ataques contra la sociedad liberal de Alemania como una «prueba de resistencia para la democracia».
El régimen de Putin está lanzando ataques a gran escala. «Tenemos ciberataques, elusión de sanciones, incendios provocados; estamos experimentando todo esto en una magnitud sin precedentes», subraya Silke Willems, de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, reforzando así su análisis.
El desafío principal: desde el punto de vista legal, es difícil probar la autoría de cada ataque. Rusia opera deliberadamente en una zona gris, lo que dificulta la respuesta de los países afectados.
Según las autoridades de seguridad, Rusia recurre cada vez más a operaciones de bajo costo. «Ahora las llevan a cabo los llamados ‘agentes de bajo nivel'», explica Holger Münch, presidente de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), en entrevista con DW. «Individuos reclutados que ni siquiera conocen el contexto ni para quién trabajan, y que lo hacen por una modesta suma».
Los autores son, en su mayoría, jóvenes en situación precaria, con antecedentes penales, que inmigraron a Alemania desde países de la antigua Unión Soviética. Son reclutados por una pequeña cantidad de dinero, por ejemplo, a través de la plataforma rusa de mensajería Telegram.
El ministro del Interior, Dobrindt, anuncia que Alemania tiene la intención de intensificar su respuesta a los ataques: «Quien nos ataque en el ciberespacio debe saberlo: ¡queremos defendernos y lo haremos en el futuro! También podemos interferir y destruir».
Por su parte, el ministro del Interior Marcin Kierwiński, durante una rueda de prensa, dijo que «Polonia está preparada y utilizará todos los recursos de que dispone, en todos los ministerios, en todos los organismos estatales, para defender la seguridad de sus ciudadanos y la seguridad de sus infraestructuras».
Władysław Kosiniak-Kamysz, ministro de Defensa, declaró que la envergadura de la operación es una de las mayores de los últimos años. La Operación Horizonte incluirá, entre otras cosas, el refuerzo de la protección de las infraestructuras críticas y la intensificación de las patrullas conjuntas en zonas especialmente vulnerables a las actividades de sabotaje.
Wiesław Kukuła, jefe del Estado Mayor del Ejército polaco, ha presentado los objetivos estratégicos de la operación: «Consistirán, en primer lugar, en apoyar las actividades de los servicios subordinados al Ministro del Interior; en segundo lugar, prevenir los actos de sabotaje y desviación; en tercer lugar, limitar la libertad de acción e introducir riesgos adicionales e inaceptables para los saboteadores y desviadores potenciales y, por último, activar a la ciudadanía para que estén atentos a su entorno inmediato», explicó.
Fuente: DW























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