Víctor Servín y Diego Lovera, representantes de la Cámara de Distribuidores de Automotores y Maquinarias (CADAM), en entrevista con «Economía a 1000» analizaron los principales indicadores del sector durante el año 2025, en comparación con 2024.
Según expusieron el vicepresidente y el gerente de la CADAM, el desempeño fue positivo en el rubro de vehículos, pero negativo en maquinaria agrícola.
En el caso de los autovehículos, las importaciones crecieron un 11,8%, mientras que las ventas aumentaron algo más del 20%. Para medir las ventas, CADAM utiliza como referencia la matriculación de vehículos, dado que no existe un intercambio formal de información de ventas entre concesionarias. Este indicador muestra un crecimiento cercano al 22% hasta noviembre, cifra que, proyectada a diciembre, se mantendría en torno al 20% anual.
Si bien existe la posibilidad de un “arrastre” estadístico desde 2024, la matriculación sigue siendo el indicador más confiable disponible. Desde la Cámara señalaron que la falta de datos directos de ventas responde a la reticencia de las empresas a compartir información sensible.
Servín explicó que, pese a haber proyectado un crecimiento más conservador (10% en importaciones y ventas), el mercado superó las expectativas. Sin embargo, aclaró que durante el segundo semestre muchas empresas frenaron programaciones de fábrica, situación que podría revertirse a partir de enero, dependiendo de los niveles de stock.
Caída en maquinaria agrícola
El panorama fue distinto para el sector de maquinarias agrícolas, que atravesó un año complejo. Las ventas de cosechadoras cayeron un 24%, mientras que las importaciones disminuyeron 25% en tractores y 16% en cosechadoras.
Dos factores explican esta caída. Por un lado, las condiciones climáticas adversas en el norte del país y el Chaco, regiones clave en la compra de maquinaria, provocaron la postergación de inversiones. Por otro, la irrupción masiva de maquinaria usada importada, fenómeno relativamente nuevo en el sector agrícola, afectó fuertemente al mercado de equipos nuevos.
A diferencia del mercado automotor —donde el uso de vehículos usados convive desde hace décadas—, la importación de cosechadoras usadas (“chileras”) generó una competencia desleal, ya que muchas de estas máquinas provienen de mercados donde ya no tienen valor comercial.
Costos y servicio postventa
Desde CADAM destacaron que el impacto es mayor en maquinaria agrícola debido a los altos costos operativos de las concesionarias, que incluyen atención en campo, logística, personal especializado y desplazamientos de cientos de kilómetros, a diferencia del negocio automotor, donde el cliente acude al taller.
Nueva regulación sobre maquinaria usada
Como hecho positivo, Servín anunció que, tras gestiones de la Cámara, el Parlamento aprobó una ley que restringe la antigüedad de las maquinarias importadas a un máximo de cinco años. La normativa entró en vigencia el 27 de diciembre de 2025.
La fiscalización estará a cargo de Aduanas y del SENAVE, que también fue facultado a realizar inspecciones sanitarias y a aplicar una tasa por control. La medida busca reducir riesgos sanitarios y fitosanitarios, además de limitar el ingreso de equipos obsoletos.
Si bien la restricción no soluciona completamente el problema, desde CADAM consideran que será un paliativo importante y permitirá normalizar el mercado hacia 2026, facilitando la competencia con maquinaria seminueva en mejores condiciones.
Perspectivas en maquinaria vial
Finalmente, los representantes destacaron que el sector de maquinaria vial tuvo un buen desempeño y presenta perspectivas favorables, impulsadas por el inicio y la adjudicación de nuevas obras públicas, lo que demandará equipamiento vial en los próximos meses.























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