Rubén Mujica, empresario y fundador de Luminotecnia, se define a sí mismo como un pionero. “En cada empresa hay uno solo que comienza. Con el tiempo, muchas veces, los pioneros desaparecen. En este caso, yo sigo acá”, afirma. De hecho, aclara que el único cargo que conserva en la empresa es el de fundador. “No es un cargo en realidad, pero eso no me lo puede discutir nadie”.
Para Mujica, comprender cómo nace una empresa es clave. “No es tan simple, pero es mucho más simple de lo que la gente cree”, sostiene. Y rompe con uno de los mitos más habituales del emprendedurismo: “El verdadero esfuerzo no lo hace el pionero, lo hacen los seguidores. Eso es mucho más complejo”.
Según su visión, iniciar un emprendimiento no requiere grandes barreras. “Empiezan cien empresas y sobreviven cinco. Si no funciona, no pasa nada: es solo un intento. Es incluso más simple que ir a buscar trabajo a una empresa, donde tenés que rendir exámenes y cumplir requisitos. El emprendedor no necesita permiso: tiene una idea, se juega y a veces funciona, a veces no”.
Mujica también cuestiona la idea de que las empresas nacen para cubrir vacíos de mercado. “Las oportunidades siempre están vigentes. No creo que antes fuera más fácil ni que hoy sea más difícil. Siempre hay oportunidades para el que hace”.
En ese sentido, marca una diferencia fundamental entre saber y hacer. “El conocimiento te da una chance importante, pero con conocimiento solo no llegás a ningún lado. Hoy, además, el conocimiento está en todas partes, incluso en la inteligencia artificial. No vale la pena competir para ver quién sabe más. Lo que marca la diferencia es qué se hace con ese conocimiento”.
Se define como un “hacedor”. “Tengo poco conocimiento, pero una capacidad extraordinaria para hacer. Y eso viene de la pasión. La pasión es la sobredosis que algunas personas le ponemos a lo que hacemos”.
Para Mujica, el emprendedor suele ser alguien que actúa, duerme poco, no teme fracasar y, sobre todo, se interesa por las personas. “Una empresa sin personas no existe”. Por eso, es crítico de los manuales de liderazgo. “La base del liderazgo es querer a las personas con las que trabajás”.
Reconoce dos grandes respetos en su vida empresarial: el mercado y la gente de la empresa. “El mercado es sabio, aunque no dictador. Y me arrodillo delante de la gente de la empresa, porque fueron ellos quienes recibieron mis habilidades de líder y me permitieron ser quien soy”.
Esa visión se refleja en Luminotecnia, donde el área de recursos humanos se denomina Departamento de Crecimiento Humano. “El nombre dice todo. No depende de administración ni de comercial, sino directamente del directorio y del gerente general. La estrategia de crecimiento siempre estuvo enfocada en las personas”.
Aclara que no se trata de una postura moral. “No es porque seamos buenas personas ni para ir al cielo. Es una estrategia en la que confío”. Y destaca que, aun con sus hijos hoy al frente de la empresa, el enfoque se mantiene. “Hace cinco años que están liderando y la estrategia sigue siendo la misma”.
Mujica explica que la gestión de personas se divide en dos áreas: una administrativa, encargada de los aspectos formales, y otra orientada al crecimiento humano. “No necesariamente tienen que ser psicólogos. Hemos tenido profesionales de distintas formaciones, pero todos comparten este concepto de trabajar prioritariamente con las personas”.
Ese enfoque, dice, nace desde el origen mismo de la empresa y está ligado a su perfil personal. “Me encanta conversar con la gente, ver su crecimiento. Eso me genera pasión”.
Finalmente, deja una definición clara de su forma de vivir el trabajo: “Yo no trabajo para ganar plata, trabajo para ser feliz”. Sus cinco hijos están vinculados a la empresa, cada uno a su manera. “Algunos están más convencidos que otros. Somos seres humanos, y cada uno tiene su visión de la vida”.























Discussion about this post