El presidente del Congreso Nacional y de la Cámara de Senadores, Basilio Núñez, destacó el crecimiento económico del Paraguay y el reciente reconocimiento del grado de inversión, pero advirtió que el principal desafío es lograr que esos avances macroeconómicos se traduzcan en mejoras concretas para la vida cotidiana de la ciudadanía.
En entrevista con Radio 1000, Núñez subrayó que el país atraviesa un momento histórico desde el punto de vista económico, con indicadores positivos como el superávit fiscal y el reconocimiento de dos calificadoras internacionales. “Es un orgullo para todos los paraguayos y paraguayas haber alcanzado el grado de inversión. Eso significa más crecimiento, más posibilidades de atraer inversiones extranjeras y generar empleo”, señaló.
Sin embargo, el legislador reconoció que esos logros aún no se reflejan plenamente en la economía familiar. “Ese crecimiento, ese bienestar, ese superávit y ese grado de inversión tienen que llegar a la mesa de todos los compatriotas. Si no se siente en la vida diaria de la gente, de nada vale”, afirmó.
Núñez indicó que uno de los principales puntos débiles sigue siendo la microeconomía, especialmente en lo relacionado con el costo de vida. En ese sentido, cuestionó que la reciente y pronunciada caída del dólar —de casi 1.300 puntos en un año— no se haya traducido en una reducción de los precios de la canasta familiar. “Cuando el dólar sube algunos puntos, los precios aumentan de inmediato. Pero cuando baja de forma significativa, eso no se refleja en los precios. Ahí tenemos que erigirnos como representantes del pueblo y exigir que esa lógica sea pareja”, expresó.
El senador también hizo referencia a las distorsiones en la cadena de comercialización, desde importadores y mayoristas hasta pequeños comercios, lo que termina afectando el poder adquisitivo de las familias, especialmente en épocas sensibles como las fiestas de fin de año. “El aguinaldo no vale lo que debería valer cuando los precios suben entre 40 y 50% en determinados momentos”, lamentó.
Consultado sobre el camino para equilibrar la macroeconomía con la microeconomía, Núñez sostuvo que se trata de un proceso que debe acelerarse. “Es una cuestión de tiempo, pero ese tiempo tenemos que acortar. Paraguay está siendo observado por inversionistas de países vecinos y de otros continentes, que se instalan con industrias, empresas o incluso para jubilarse. Ese dinero circulante tiene que llegar a la gente”, explicó.
Finalmente, remarcó que el desafío no pasa por la fijación de precios, sino por el fortalecimiento del control, el cumplimiento de los contratos laborales y la reducción del subempleo. “El grado de inversión, incluso pensar en un triple grado de inversión, puede significar la salida definitiva del Paraguay del subdesarrollo. Es un compromiso de toda la clase política, de todos los poderes del Estado y también del sector privado”, concluyó.






















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