En diálogo con Radio 1000, el vicepresidente segundo de la Cámara de Senadores, Dionisio Amarilla Guirland, realizó un balance del año político y económico, señaló los principales desafíos para el próximo período y cuestionó duramente la gestión en algunas áreas del Ejecutivo, especialmente en el Ministerio de Obras Públicas.
Al evaluar el cierre del año, el legislador sostuvo que uno de los grandes pendientes de la política paraguaya es lograr mayor consenso y diálogo. “Mucha gente cree que generando tensión y críticas permanentes se logra atención. Yo soy de la tesis de que hay que animarse a proponer, a dialogar y a buscar acuerdos. No puede ser que absolutamente todos estemos en desacuerdo todo el tiempo”, afirmó.
De cara al próximo año, Amarilla mencionó como prioridades la reforma de la Caja Fiscal y la mejora en la calidad del gasto público. En ese sentido, cuestionó la baja eficiencia en la ejecución presupuestaria de algunas carteras. “Algunos ministros tienen que sacudirse y ejecutar con mayor calidad. No puede ser razonable que el 100% de los contratos tenga modificaciones de hasta el 20%. Eso habla de una mala planificación”, señaló.
El senador fue especialmente crítico con la gestión de la ministra de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Claudia Centurión. Sostuvo que la falta de presencia territorial y de gestión impacta directamente en la vida cotidiana de la ciudadanía. “Si la ministra recorriera rutas como la Ruta 3 o zonas del norte del país, vería la realidad que vive la gente. En pleno siglo XXI no se pueden demorar tanto las soluciones básicas, como el mantenimiento de los caminos”, expresó.
Asimismo, remarcó que el problema no es la falta de recursos, sino la falta de sensibilidad y contacto con la realidad. “Hay que salir de las oficinas públicas, ver la necesidad del pueblo. Las excusas ya no convencen, la gente quiere soluciones rápidas y concretas”, subrayó.
Consultado sobre la situación macroeconómica y el grado de inversión, Amarilla reconoció los avances, pero advirtió que esos indicadores deben traducirse en alivio para las familias paraguayas. “Eso se logra poniendo al frente de las instituciones a personas que entiendan la enorme responsabilidad que asumen y que tengan una visión real de lo que ocurre en el país”, indicó.






















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