El ingeniero David Fariña, director general de Protección y Conservación de los Recursos Hídricos del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), en entrevista con Radio 1000, informó sobre el comportamiento climático e hidrológico esperado para el trimestre diciembre 2024 – febrero 2025. Explicó que el pronóstico se confeccionó en base a datos de la Dirección de Meteorología e Hidrología, basándose en análisis de modelos estadísticos y dinámicos, así como en observaciones de las condiciones actuales.
El alto funcionario del MADES señaló que se espera que La Niña (sequía) emerja con una probabilidad del 72%. Este fenómeno genera un déficit de precipitaciones en gran parte del territorio nacional. Por lo que se prevén lluvias inferiores a la normal en gran parte de la cuenca del río Paraguay y la región Oriental. La menor precipitación implicará un menor caudal en los cursos hídricos y una recarga reducida de los acuíferos, afectando la disponibilidad de agua superficial y subterránea.
- Implicaciones para el Trimestre
Las condiciones proyectadas tendrán implicaciones significativas en sectores clave:
- Como una menor recarga de acuíferos y disminución de caudales podrían comprometer la provisión de agua en regiones con alta dependencia de fuentes hídricas.
- Niveles bajos en la cuenca baja del río Paraguay podrían dificultar el transporte fluvial, impactando la logística y la economía.
- El déficit hídrico podría afectar a la producción, especialmente de cultivos de temporada, aumentando la necesidad de riego.
- También podría darse la limitación del acceso al agua para el ganado, afectando la productividad.
- Este déficit también podrían afectar la productividad en el sector agrícola.
- Recomendaciones por Sector
Agua Potable:
- Monitorear de manera intensiva los acuíferos para garantizar calidad y cantidad de agua.
- Fomentar el uso racional del agua mediante campañas de concienciación.
- Implementar medidas de contingencia para el abastecimiento a las comunidades en caso de ser necesarias
Navegación:
- Ajustar las operaciones de transporte fluvial según los informes de niveles de los ríos emitidos por las autoridades competentes.
- Establecer coordinaciones con puertos para optimizar cargas y tiempos de navegación.
Agricultura:
- Implementar tecnologías de riego eficiente y promover la captación de agua de lluvia en regiones críticas.
- Priorizar cultivos adaptados a condiciones de baja disponibilidad de agua.
Ganadería:
- Garantizar la construcción de reservorios de agua en zonas con mayor vulnerabilidad.
- Reforzar la planificación de recursos hídricos en establecimientos rurales.
Fariña dijo que desde la institución se hace un llamado a la población y a los sectores productivos a adoptar medidas de adaptación frente a estas condiciones climáticas adversas. La planificación oportuna y el uso sostenible de los recursos hídricos serán clave para mitigar los impactos previstos.