El señor Gustavo Gómez Portillo, el capitán, estuvo en los peores momentos de la selección paraguaya de fútbol. Se tragó críticas ácidas, silbidos y malos resultados. Pero aún así siempre estuvo. Nunca le dijo no a la selección.
Tiempo atrás, cuando era el más criticado, se plantó y dijo que cambiaría todos los campeonados ganados con el Palmeiras por tener la posibilidad de disputar una Copa del Mundo con la Albirroja. Hoy es una realidad después de tantas batallas. Con justa razón, podemos decir que es uno de los tipos que más se merecen festejar esta clasificación.
«Hoy tengo el honor de ser capitán de este grupo, con compañeros de mi generación y otros más jóvenes. Pero si en algo coincidimos todos, incluso quienes ya no visten la Albirroja, es en esto: a pesar de las adversidades, siempre insistimos”, dice en posteo en sus redes sociales.
«Sabíamos con certeza de que la vida nos iba a dar otra oportunidad. Una revancha. Hoy miro con orgullo a mis compañeros, a mis hermanos, al Profe y a su cuerpo técnico, a los dirigentes y a todas las personas invisibles que lo dan todo para que hoy podamos decir: misión cumplida. ¡Paraguay está de nuevo en un Mundial!», agrega el capitán de la Albirroja y del gigante Palmeiras de Brasil.
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