El Reino Unido formalizó una amplia acción diplomática y económica al presentar, este viernes, un paquete que supera las cien sanciones adicionales contra Rusia. La iniciativa, encabezada por el gobierno del primer ministro Keir Starmer, busca obstaculizar los mecanismos de financiamiento y logística empleados por Moscú para mantener su ofensiva militar en Ucrania.
Entre los principales afectados figuran setenta barcos vinculados a la llamada «flota en la sombra», una red que elude restricciones internacionales y permite a Rusia exportar combustibles fósiles sorteando controles en puertos y rutas comerciales. El listado británico también incorpora individuos y entidades acusados de proveer a Rusia materiales de alta tecnología relevantes para el desarrollo militar.
Las nuevas sanciones impactan sobre treinta personas físicas y jurídicas vinculadas al suministro de componentes electrónicos, sustancias químicas y explosivos. Diversas empresas sancionadas están situadas en China, Turquía y Azerbaiyán, lo que evidencia la dimensión internacional del entramado y la estrategia multinacional para acentuar la presión sobre los circuitos de abastecimiento ruso.
Según The Guardian, el paquete incrementa el monitoreo sobre rutas financieras y logísticas, bloqueando operaciones de compañías tecnológicas de Shenzhen y firmas turcas que exportaban maquinaria y productos reutilizables en la fabricación de misiles y municiones.
La ministra de Exteriores, Yvette Cooper, remarcó la urgencia de restringir los flujos de capital hacia el Kremlin e indicó que esta política sancionatoria representa uno de los ejes del “plan de cambio” propuesto por la actual administración.
Fuente: EFE
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