El grado de inversión alcanzado por Paraguay marca un antes y un después en la historia económica del país. No se trata solo de una mejora en la calificación crediticia, es una oportunidad para transformar la estabilidad macroeconómica en desarrollo productivo, inversión y empleo, según destacó el economista y director de DCR Consultora Económica y Financiera, Daniel Correa, en entrevista con Radio 1000 e InfoNegocios.
“El grado de inversión significa que el país tiene bajo riesgo de impago, solidez fiscal y económica. En la práctica, facilita préstamos internacionales más baratos para el Estado y las empresas, atrae capitales y mejora la percepción externa”, explicó Correa.
En términos simples, el grado de inversión reduce el “riesgo país”, lo que disminuye el costo del dinero para el Estado, los bancos y las grandes empresas. Con el tiempo, esto presiona a la baja las tasas de interés locales, abriendo la posibilidad de créditos más accesibles para las empresas y consumidores.
“Para las mipymes, el efecto directo depende de cómo el sistema financiero intermedie. Si los bancos usan su fondeo más barato para ofrecer líneas competitivas, el beneficio llegará a las pequeñas empresas; si no, puede quedarse en la deuda soberana y en las grandes corporaciones”, señaló el exviceministro de Economía.
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