En un giro inesperado, la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) interceptó un avión pequeño “sospechoso de tráfico de drogas” procedente de Venezuela mientras sobrevolaba la tierra indígena de los yanomami, la más grande del país, en la Amazonía.
La aeronave fue clasificada como «hostil» y se realizó un «disparo de detención» para impedir su avance.
Las autoridades brasileñas encuadraron al aparato como «sospechoso de tráfico de drogas». Acto seguido, dos cazas A-29 Súper Tucano de la Aeronáutica se acercaron a la zona para averiguar la identidad del pequeño avión y vigilar sus movimientos.
Solo entonces, el piloto clandestino cambió su actitud «hostil» y aterrizó en una pista de tierra, en un área conocida como Surucucu, en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, y después huyó. La FAB movilizó un helicóptero H-60 Black Hawk para transportar una patrulla encargada de controlar el sitio y evitar la huida de posibles ocupantes. Al llegar, los oficiales encontraron la aeronave con matrícula adulterada y sin presencia del piloto ni otros ocupantes.
Un equipo de militares se trasladó al lugar para establecer un perímetro de seguridad, realizar las labores de pericia y, por último, prender fuego al aparato, que utilizaba una matrícula falsa.
Las autoridades no informaron sobre hallazgos de drogas u otras sustancias ilegales en el interior, aunque la aeronave quedó bajo custodia por posibles pruebas vinculadas al narcotráfico.
Este incidente se produce en un contexto de creciente tensión en la región, con informes de bombarderos estadounidenses cerca de las costas venezolanas, y a pesar de las recientes conversaciones entre Brasil y Estados Unidos para reducir sanciones y aranceles.
La operación subraya la cooperación de Brasil con Washington en la lucha contra el narcotráfico, en un día también marcado por un plan de paz de 28 puntos para Ucrania.
Fuente: Fuerza Aérea Brasileña





















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