A dos años de la incorporación al esquema regular de inmunización del Paraguay, la vacuna hexavalente acelular ha marcado un hito en la protección de la primera infancia. Médicos, vacunadores y familias coinciden en que este avance está transformando la experiencia de vacunación en el país.
Los beneficios son claros y medibles: La vacuna protege más, con menos inyecciones, lo que facilita el cumplimiento del esquema, y ha generado un incremento notable en la confianza de padres y cuidadores. Este logro representa no solo un avance científico, sino también un paso decidido hacia la equidad y la justicia social, garantizando acceso universal a biológicos de última generación.
El Dr. Héctor Castro, director del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, lo resume con claridad: “Esta vacuna, además de ser un avance en la ciencia, representa una justicia social. Independientemente del origen o condición social, cada niño recibe la misma vacuna. Eso es equidad, acceso y universalidad”.
La disminución de la reactogenicidad —menos dolor, fiebre e inflamación— se traduce en una experiencia más segura, confiable y amable para las familias. «Esta mejora ha favorecido la adherencia y el aumento sostenido de coberturas, reforzando la protección colectiva.
Datos presentados en congresos científicos coinciden con estas observaciones, destacando el impacto positivo en la reducción de eventos adversos y el mantenimiento de coberturas elevadas.





















Discussion about this post