El dictador venezolano Nicolás Maduro propuso a Donald Trump, a cambio de su renuncia inmediata y salida del país, garantizarse 200 millones de dólares de su fortuna personal, inmunidad total para él y su círculo cercano, y exilio en una Nación aliada, según The Telegraph.
Personas al tanto de la conversación telefónica de 15 minutos entre ambos líderes indicaron al diario británico que el acuerdo no se produjo, principalmente por la insistencia de Maduro en una amnistía general para cerca de 100 altos cargos del régimen.
En la misma llamada también chocaron sobre la conformación de un gobierno de transición y el destino final del exilio: Trump mencionó Rusia o China, mientras Maduro quería permanecer en América Latina o el Caribe, preferiblemente Cuba. Como posible punto medio apareció Qatar.
El propio Maduro admitió el miércoles haber hablado con Trump «hace unos diez días». Desde aquella conversación del 21 de noviembre, la presión estadounidense ha aumentado notablemente.
Washington, reconoció a Edmundo González como presidente legítimo tras el fraude electoral de 2024, ha duplicado a 50 millones de dólares la recompensa por Maduro y, en las últimas semanas, ha desplegado una importante presencia naval en el Caribe.
El pasado martes, Trump advirtió que «pronto» comenzarán ataques selectivos y que saben «dónde viven los malos». The Telegraph señala que, en paralelo, Maduro duerme cada noche en un lugar distinto y depende cada vez más de la protección de guardaespaldas cubanos, según informó también The New York Times.
Aunque la Casa Blanca evita hablar abiertamente de «cambio de régimen», en la llamada Trump le ofreció a Maduro una salida relativamente cómoda: inmunidad para él, su esposa y su hijo, y la posibilidad de marcharse con 200 millones de dólares (posiblemente de fondos ya congelados en EEUU).
El verdadero obstáculo, según el diario británico, fue la exigencia de Maduro de proteger a decenas de colaboradores y de que varios de sus aliados controlaran el gobierno interino. Una fuente resumió la situación diciendo que Maduro está «entre la espada y la pared»: teme que, si abandona a sus lugartenientes, estos tomen represalias contra él. «Es puro instinto de supervivencia, no generosidad», explicó.
























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