Un hombre de 52 años, presuntamente vinculado al Clan Rotela, y quien ya presentaba antecedentes por tráfico de drogas, fue ingresado a otra investigación que lo ubicó nuevamente en el delito por el que lo capturaron en el 2016 con más de 300 dosis de «chespi».
Está vez, al mando del fiscal Abg. Marco Amarilla, su vivienda ubicada en el barrio Maramburé de Luque fue requisada y se incautaron más de 60 dosis de la mencionada sustancia junto a porciones de marihuana.
Sus acciones siempre estuvieron ligadas a la provisión de drogas a barras bravas. Nicolás Gerardo Aguilera Benítez, de 51 años, cargaba con la responsabilidad de continuar con la actividad ilícita de tráfico de varios tipos de drogas.
El hombre que presta servicios al clan delictivo, fue detenido con 63 dosis de crack junto a 4 porciones grandes de la misma droga y tocos de marihuana. La mayor parte de las denuncias hechas bajo reservas describían que barras bravas se acercaban hasta el lugar para la adquisición de drogas.