La visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y los Reyes a Paiporta, Valencia, se tornó en un episodio tenso y caótico, cuando un grupo de vecinos, afectados por el reciente temporal DANA, reaccionó con indignación y violencia. Los residentes, frustrados por los daños causados por las lluvias torrenciales y la falta de respuesta que perciben por parte de las autoridades, arremetieron contra la comitiva oficial, lo que obligó a activar el protocolo de seguridad y evacuar a Sánchez.
Los disturbios comenzaron tan pronto como Sánchez llegó al lugar; fue recibido por algunos ciudadanos con gritos, insultos y objetos arrojados, incluyendo barro y una barra metálica. En respuesta, el equipo de seguridad decidió escoltar al presidente hacia su coche oficial para resguardarlo. Sin embargo, el traslado no resultó sencillo: varios vecinos, enfurecidos, golpearon el vehículo con palas, puñetazos y patadas, causando importantes daños, incluyendo la rotura de cristales y parabrisas.
La tensión y las muestras de indignación se prolongaron por más de una hora, obligando a la comitiva a suspender su recorrido y a los Reyes a retirarse del lugar en medio de un clima hostil. Los vecinos expresaron su frustración por la gestión de la crisis y la lentitud de las ayudas prometidas tras el paso de la DANA.
Fuentes oficiales confirmaron que tanto Sánchez como el resto de su equipo se encuentran bien, aunque el incidente marcó un episodio tenso que pone de relieve el malestar y las crecientes demandas de los vecinos de Paiporta por una mayor asistencia gubernamental en situaciones de emergencia.
Mientras tanto, la Reina Letizia permaneció en Paiporta a pesar del tenso ambiente. Vestida de negro, con gesto serio y visiblemente afectada, la Reina ha querido mostrar cercanía a los vecinos, quienes la han recibido con una mezcla de descontento y agradecimiento. Durante su recorrido, doña Letizia también fue alcanzada por barro lanzado hacia la comitiva, quedando su abrigo y rostro manchados. Sin embargo, esto no la detuvo, siguió hablando con los valencianos afectados, escuchando sus quejas y expresiones de enojo.
La Reina trató de calmar a aquellos que se le acercaban, buscando aliviar la tensión con palabras de consuelo. Incluso en los momentos más difíciles, cuando algunos vecinos le reprochaban la situación de abandono que, según ellos, sienten por parte de las autoridades, Letizia intentó mediar y dar su apoyo a los afectados. Las críticas, aunque dirigidas principalmente a la clase política, no han excluido a la Reina y al Rey, quienes han tenido que lidiar con la frustración de los vecinos.
El Rey Felipe VI y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, también enfrentaron la furia de la multitud. Los escoltas de la Casa Real desplegaron paraguas y maletines de protección para resguardar a las autoridades ante la lluvia de objetos. Felipe VI, a pesar de los insultos, continuó avanzando por las calles, acompañado en ciertos momentos por Mazón, intentando dialogar con algunos vecinos que se acercaban con ánimo hostil. El Rey mostró calma y disposición para escuchar, aunque la tensión apenas disminuía.