Por la Dra. Ana Rojas Viñales, Economista e Investigadora. Especialista en políticas públicas anarojas@eco.una.py
Desde su independencia en 1811, Paraguay ha recorrido un trayecto económico y social marcado por contrastes profundos. A lo largo de dos siglos, el país ha transitado de un modelo económico autárquico a una inserción acelerada a la economía global. Su historia revela una combinación de momentos de auge, crisis prolongadas y reformas inacabadas que explican los desafíos estructurales actuales.
En la etapa posterior a la Independencia, bajo el gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia (1814-1840), Paraguay adoptó un modelo de economía cerrada, con fuerte control estatal del comercio y distribución de tierras. Esta política de autosuficiencia, aunque aislacionista, permitió cierta estabilidad económica y sentó las bases de un Estado centralizado (Lambert, 1997). Posteriormente, los gobiernos de Carlos Antonio López (1841-1862) y luego de Francisco Solano López (1862 – 1870) impulsaron una modernización significativa a través del desarrollo de infraestructura como ferrocarriles, astilleros, fábricas y telégrafos. Sin embargo, la Guerra de la Triple Alianza tuvo efectos devastadores: el país perdió más de la mitad de su población y una gran parte de su territorio.
Durante el siglo XX, Paraguay mantuvo una estructura económica basada en la producción primaria y la exportación de recursos naturales como la madera y el tanino. La Guerra del Chaco (1932-1935) profundizó las crisis por las que transitaba el país. En la segunda mitad del siglo, el régimen de Stroessner (1954-1989) impulsó grandes obras públicas y proyectos de infraestructura, destacándose la construcción de la represa de Itaipú en alianza con Brasil. Este proyecto, que actualmente representa alrededor del 15% del PIB mediante la generación de energía hidroeléctrica, que no estuvo acompañado por un proceso fuerte de industrialización y se desaprovecharon las oportunidades para un mayor crecimiento y un desarrollo sostenible.
Tras el inicio de la transición democrática en 1989, Paraguay implementó reformas de mercado orientadas a la liberalización económica. En el siglo XXI, el país mostró una destacada resiliencia macroeconómica: entre 2003 y 2023, el PIB creció a un promedio anual del 3,7, siendo uno de los crecimientos promedios más altos de la región. Paraguay se posicionó como el cuarto exportador mundial de soja y el sexto de carne. Sin embargo, este modelo agroexportador consolidó una economía dependiente y poco diversificada: en 2023, más del 70% de las exportaciones se concentraron en tres rubros, soja, carne y energía eléctrica, mientras que solo el 6% correspondía a productos elaborados (cables e hilos, materias plásticas y prendas y artículos textiles) (BCP, 2025).
Los beneficios de este crecimiento no han sido equitativamente distribuidos. La pobreza persiste, afectando al 20,1% de la población, y alcanza al 25,9% en las zonas rurales (INE, 2024). Además, el coeficiente de Gini de ingresos se mantiene en 0,46, superando el promedio regional (CEPAL, 2022). La informalidad laboral también es alarmante, con más del 60% de los trabajadores/as asalariados/as fuera del sistema de protección social (IPS, 2023).
La distribución de la tierra constituye una de las expresiones más extremas de desigualdad en Paraguay. El 0,4% de los propietarios controla el 55,8% de la tierra agrícola, lo que da lugar a un coeficiente de Gini de tierras de 0,93, uno de los más altos del mundo (OXFAM, 2017). Esta concentración tiene efectos directos sobre la pobreza rural, el acceso a recursos productivos y la posibilidad de implementar un modelo de desarrollo más inclusivo.
A estos desafíos estructurales se suman brechas en el acceso a servicios básicos. Solo el 49% de la población tiene acceso a agua potable gestionada de forma segura (OMS/UNICEF, 2021), y el gasto público en salud se sitúa en apenas el 2,8% del PIB, muy por debajo del 6% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022). El sistema educativo también presenta debilidades: solo el 17,6% de la población rural accede a la educación superior, frente al 30,6% en zonas urbanas (INE, 2024).
Las desigualdades de género atraviesan el mercado laboral y el sistema político. La tasa de participación laboral femenina es del 60,9%, frente al 82,5% de los hombres, y las mujeres perciben, en promedio, un 20% menos que sus pares varones en empleos similares (INE, 2024). La violencia de género también es alarmante: una de cada cuatro mujeres de 18 años y más ha sufrido algún tipo de violencia basada en género alguna vez en su vida (INE, 2021), mientras que la representación política femenina es una de las más bajas de América Latina (CEPAL, 2023).
A pesar de estos desafíos, Paraguay cuenta con ventajas estratégicas. Posee una población joven —el 51,5% tiene menos de 30 años— y una ubicación geográfica clave para el comercio regional. No obstante, para transitar hacia un modelo de desarrollo sostenible, el país deberá abordar reformas estructurales profundas. Es prioritario diversificar la economía, impulsar la industrialización con valor agregado, ampliar la inversión social en salud y educación hasta al menos el 7% del PIB, y promover políticas públicas con enfoque de género y justicia distributiva. También será necesario enfrentar la corrupción y consolidar instituciones democráticas sólidas.
En síntesis, la historia económica y social de Paraguay muestra tanto su capacidad de resiliencia como las limitaciones de un modelo basado en la explotación de recursos naturales y la concentración del poder económico. El crecimiento económico, por sí solo, no garantiza el bienestar colectivo. Alcanzar un desarrollo inclusivo requerirá voluntad política, planificación estratégica y un pacto social que priorice el desarrollo humano y la equidad territorial y de género.
Nota: Los datos provienen de fuentes oficiales y son referenciales.
Referencias
- BCP. (2025). Anexo estadístico de Cuentas Nacionales.
- CEPAL. (2022). Panorama social de América Latina 2022. Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
- CEPAL. (2023). Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe
- INE. (2021). Encuesta Nacional sobre la situación de las mujeres en Paraguay – ENSIMUP. https://www.ine.gov.py/Publicaciones/Biblioteca/documento/dataset/ENSIMUP-2021/2021/aa82f-ENSIMUP.pdf
- INE. (2024). Boletín trimestral de empleo EPHC 4º Trimestre 2024. https://www.ine.gov.py/Publicaciones/Biblioteca/documento/267/Boletin%20trimestral_EPHC_4%C2%B0%20Trimestre%202024.pdf
- INE. (2025). Principales resultados de pobreza monetaria y distribución de ingresos – 2024. https://www.ine.gov.py/Publicaciones/Biblioteca/documento/271/Pobreza%20Monetaria_%20EPHC%202024_INE.pdf
- IPS. (2023). Boletín estadístico de seguridad social. Instituto de Previsión Social.
- Lambert, P. (1997). The Regime of Dr. Francia: Dictatorship and State Formation in Paraguay, 1814–1840. University of Nebraska Press.
- OMS. (2022). Gasto público en salud: Recomendaciones globales. Organización Mundial de la Salud.
- OMS/UNICEF. (2021). Progress on household drinking water, sanitation and hygiene 2000–2020. WHO/UNICEF Joint Monitoring Programme.
OXFAM (2017). Yvy Jára. Los dueños de la tierra en Paraguay. https://oi-files-d8-prod.s3.eu-west-2.amazonaws.com/s3fs-public/file_attachments/yvy_jara_informe_oxfamenparaguay.pdf