Por la Dra. Ana Rojas Viñales, Economista e Investigadora. Especialista en políticas públicas anarojas@eco.una.py
Paraguay se encuentra actualmente – todavía – en una etapa demográfica favorable, conocida como bono o ventana demográfica. Esta se caracteriza porque la proporción de personas en edad de trabajar (15 a 64 años) supera a la de personas dependientes (niños, niñas y adolescentes de 0 a 14 años, y personas mayores de 65 años). Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2024, el 65,14% de la población paraguaya forma parte de la población en edad laboral, lo que representa una oportunidad única para acelerar el desarrollo económico y social del país (INE – EPHC, 2024).
Esta situación demográfica es el resultado de una sostenida disminución de la tasa de fecundidad, que ha reducido la proporción de niños y niñas, y por tanto, la carga de dependencia infantil. Al mismo tiempo, la proporción de personas adultas mayores aún es relativamente baja, lo que mantiene controlada la carga de dependencia por envejecimiento. Esta combinación genera una estructura poblacional especialmente propicia para el crecimiento, siempre que se implementen políticas públicas eficaces en áreas clave como la educación, el empleo, la salud y la protección social.
No obstante, este potencial se ve limitado por diversos desafíos estructurales, especialmente en el ámbito laboral. Entre ellos destacan la alta informalidad, que restringe el acceso a la seguridad social, y las persistentes brechas de género en el acceso y la calidad del empleo. Para aprovechar plenamente el bono demográfico, se requiere no solo una política pública coherente y sostenida, sino también una transformación profunda del mercado laboral. Esto incluye la revisión de normativas como la ley del primer empleo, el reconocimiento y regulación del trabajo en plataformas digitales, la ampliación de la base impositiva para los aportes a las cajas de jubilación y el fortalecimiento de los regímenes de licencias por salud, enfermedad y discapacidad.
La población joven en Paraguay
La población joven es aquella que en Paraguay tiene de 18 a 29 años y representa el 20,3% del total en 2024 (INE – EPHC, 2024), es decir, una de cada cinco personas del país (1.204.059 personas) está en la juventud. Este grupo debería formar parte del sistema de seguridad social y con ello asegurar el aprovechamiento del capital humano joven con miras a prepararse para los desafíos demográficos y sociales que se esperan. Las proyecciones de población (INE, 2024) indican que este grupo disminuirá en términos absolutos y relativos en las próximas décadas, llegando al 14,9% en 2050, es decir, en el futuro una de cada siete personas será joven (1.064.000 personas) y en contraposición aumenta el grupo de personas mayores.
El promedio de años de estudio del total de jóvenes en el país es de 11,7, con diferencias entre hombres y mujeres. Las mujeres tienen en promedio 12,1 años y los hombres tienen 11,4 años y, aunque los hombres siguen siendo mayoría con nivel secundario completo, los datos revelan que son las mujeres quienes más acceden a la educación terciaria: 38,8% frente al 28,2% de los hombres. Esta inversión en la formación superior femenina marca una tendencia creciente, que contrasta con la persistencia de brechas de género en el mundo laboral. Es decir que este mayor nivel de formación de las mujeres no significa que cuenten con mejores condiciones laborales y que su trayectoria de vida sea justa y autónoma.
Gráfico 1. Nivel educativo de la población de 18 a 29 años en Paraguay. Año 2024.

Fuente: elaboración propia con datos de la EPHC, 2024 (INE).
La juventud no encuentra una inserción plena en el mercado laboral. El 66,5% del grupo de jóvenes está ocupado, el 8,1% se encuentra desempleado y el 25,4% está fuera de la fuerza de trabajo (INE, 2024). Existen diferencias notables entre hombres y mujeres, aproximadamente 78,3% de los hombres trabaja, mientras que en las mujeres la tasa de ocupación alcanza 55,0%. A pesar del aumento de la participación juvenil en el mercado laboral, el desempleo de los jóvenes sigue siendo superior al de los adultos, afectando especialmente a las mujeres y al área rural (Ovando, 2017). En cuanto al subempleo, cerca de 29.400 jóvenes están excluidos de la cotización a la seguridad social.
Gráfico 2. Fuerza de trabajo de 18 a 29 años en Paraguay. Año 2024.

Fuente: elaboración propia con datos de la EPHC, 2024 (INE).
El 62,1% de jóvenes está empleado en el sector privado, 17,2% es trabajador por cuenta propia, 7,9% trabajador doméstico, 4,6% es empleado público, 2% es empleador y el 5,7% es trabajador familiar no remunerado (INE, 2024). Si bien el 66,7% trabaja como empleado (público o privado), solo el 25,4% de los jóvenes aporta a una caja de jubilación, (INE, 2024), lo que expone una gran evasión en la seguridad social. Aunque los hombres tienen una mayor participación en el sistema de seguridad social, se excluye a los trabajadores a jornada parcial, los trabajadores ocasionales, empleados por cuenta propia, las personas que trabajan en sus hogares y quienes trabajan en el campo.
La proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan remuneradamente (NENTR) es alta (17%) y afecta en mayor medida a las mujeres jóvenes, principalmente por las responsabilidades y las tareas de cuidado (OIT, 2025). La mayoría de los jóvenes NENTR proviene del quintil más bajo de ingresos y cuando entran al mercado laboral lo hacen a través de empleos informales (Queijo von Heideken, 2024).
Paraguay tiene ante sí una oportunidad histórica para transformar su estructura demográfica en un motor de desarrollo económico y social. Sin embargo, para que este bono demográfico se convierta en un bono real, es necesario abordar las desigualdades estructurales en el mercado laboral, enfocándose en la formalización del empleo y la equidad de género. Solo así se podrá garantizar un crecimiento inclusivo y sostenible para las futuras generaciones.
Nota: Los datos provienen de fuentes oficiales y son referenciales.
Referencias
- Brítez Díaz, M. (2024). La ventana demográfica en Paraguay: ¿Sigue abierta o ya forma parte del pasado? INE.
- INE. (2024). Encuesta Permanente de Hogares Continua 2024.
- OIT. (2025). Juventud en cambio: desafíos y oportunidades en el mercado laboral de América Latina y el Caribe, Ginebra: Oficina Internacional del Trabajo.
- Ovando, F. (2017). Los desafíos del empleo juvenil en Paraguay. Nota de Política, Asunción.
- Queijo von Heideken, V. (2024). Juventud desigual: un reto para el desarrollo del Cono Sur. Banco Interamericano de Desarrollo.
Discussion about this post