Las lluvias intensas, las inundaciones repentinas y las sequías prolongadas ya forman parte del día a día del país. Si bien los eventos climáticos extremos no son nuevos, su frecuencia e intensidad aumentan año tras año, impactando en la vida de las personas, la actividad económica, la competitividad y las inversiones. Solo en el primer semestre de 2025, las sequías provocaron pérdidas estimadas en US$ 690 millones.
Según los especialistas, el desafío principal no está en el clima, sino en la falta de planificación, inversión e infraestructura resiliente que permita mitigar los efectos de estos fenómenos.
América Latina registró pérdidas económicas asociadas a catástrofes naturales superiores a los US$ 6.670 millones durante el primer semestre de 2025, según el medio internacional Bloomberg Línea. Paraguay ocupa el segundo lugar como país más afectado, con pérdidas valuadas en US$ 690 millones ocasionadas por la sequía.
Oscar Vargas, economista, en diálogo con Radio 1000 e InfoNegocios, explicó que, aunque el agro es el sector más afectado, las tormentas, las inundaciones y las sequías tienen efectos directos sobre otros rubros, como el comercio, las pymes, la infraestructura y los servicios. Los caminos deteriorados, las rutas bloqueadas y la suspensión de actividades generan costos adicionales que se acumulan con cada evento.
«Debemos trabajar en la adaptación, eso se está haciendo el Gobierno Central a través del Ministerio del Ambiente, también lo hacen algunas municipalidades y lo tiene que hacer el sector privado», expuso.
Discussion about this post