André Gayol Pires, director de Uela, habló con Radio 1000 e Infonegocios sobre Mundial de Rally y el 95% de ocupación hotelera a raíz de este en el Departamento de Itapúa. El epicentro de la competencia se convirtió en un hervidero turístico, con hoteles, posadas y campings quedando con apenas unas 200 habitaciones aún disponibles. Los campings y glampings habilitados se posicionan como la alternativa más accesible y auténtica para los fanáticos que quieren vivir el evento en contacto con la naturaleza.
La logística de alojamiento se planificó para cubrir todos los perfiles de visitantes: “No se trata solo del espectáculo automovilístico, sino de conectar con el entorno natural de Itapúa. Los campings ofrecen esa vivencia completa que mezcla adrenalina y paisaje”, afirmó Gayol Pires.
Las zonas de acampe se ubican estratégicamente cerca de los tramos del rally y los puntos de partida o llegada de las etapas. Así, localidades como Carmen del Paraná, Bella Vista, Hohenau y Encarnación se transforman en pequeños polos turísticos que reciben a miles de fanáticos, muchos de ellos extranjeros que buscan vivir la competencia como una fiesta itinerante.
El formato de glamping, cada vez más popular, también se abre espacio en el WRC. Con carpas equipadas con camas, iluminación y servicios básicos, esta modalidad mezcla la comodidad hotelera con el espíritu aventurero. Los costos, naturalmente, superan al camping tradicional, pero siguen siendo más bajos que las tarifas de hoteles de categoría en la zona.
Este fenómeno no solo revoluciona la hotelería y los campings, sino que también impulsa una cadena de servicios paralelos: gastronomía, transporte, producción cultural y hasta artesanía local. “Cada visitante gasta en promedio en varios rubros y eso genera un efecto multiplicador inmediato en la economía regional”, subrayó Gayol.
Itapúa, acostumbrada a brillar en verano con Encarnación y su carnaval, ahora se muestra como destino de grandes eventos durante todo el año. La región invierte en infraestructura y conectividad, con la mira puesta en consolidarse como sede permanente del WRC y otras competencias internacionales.
Con la cuenta regresiva en marcha, los campings ya se perfilan como protagonistas silenciosos del evento: serán la base donde miles de hinchas vivirán amaneceres cargados de motores, paisajes verdes y noches de fogata. Una experiencia que combina turismo, deporte y naturaleza, con un costo que arranca en apenas 20 dólares, pero promete recuerdos que no tienen precio.
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