El Gobierno de Singapur, conocido por sus estrictas leyes antidroga, anunció este jueves que a partir del 1 de septiembre impondrá sanciones de hasta 20 años de prisión y 15 azotes de vara a los proveedores de vapeadores que contengan etomidato, un anestésico de acción corta.
«Los vapeadores se han convertido en una puerta de entrada para el abuso de sustancias», afirmó en un comunicado el ministro de Salud, Ong Ye Kung.
La medida llega después de que el primer ministro, Lawrence Wong, adelantara la semana pasada la intención de reformar las políticas contra el uso de vaporizadores, prohibidos en el país desde 2018.
La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) ya había alertado en marzo sobre la expansión del etomidato en Europa del Este y el Sudeste Asiático. En enero, las autoridades locales desmantelaron una red de distribución vinculada con este compuesto, también conocido como kpod.
«Muchas personas, especialmente jóvenes, empezaron a vapear pensando que estaba bien y que no era tan dañino como el tabaco, y luego (…) se adentraron en el abuso de sustancias, que es lo que estamos viendo ahora con el etomidato», añadió el ministro Ong.
Para los vendedores, las penas alcanzarán 10 años de prisión y cinco azotes, mientras que los importadores se enfrentan a sanciones más severas: hasta 20 años y 15 golpes. Se trata de un incremento significativo respecto al castigo anterior, que contemplaba solo hasta dos años de cárcel y sin castigos corporales.
El vapeo está prohibido en Singapur desde 2018 y la simple posesión de un dispositivo puede conllevar multas de hasta 2.000 dólares singapurenses. La ciudad-Estado se sitúa así a la vanguardia de las políticas restrictivas frente al vapeo, en línea con otros países. Desde junio, por ejemplo, el Reino Unido vetó la venta de vapeadores desechables para frenar su consumo entre jóvenes y reducir los residuos.
Fuente: AFP
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