El COVID prolongado se define como los síntomas y afecciones que persisten o se desarrollan tras la infección por el virus causante del COVID-191 y que afectan a varios órganos del cuerpo, como el cerebro, el corazón y los pulmones. Se han descrito más de 200 síntomas, incluidos signos difíciles de controlar como ansiedad, confusión mental y fatiga extrema.
El COVID prolongado es difícil de diagnosticar, ya que sus síntomas son complejos y variados. Puede traslaparse con otras afecciones médicas, lo que hace que las personas no sean conscientes de que una infección por COVID-19 es la causa de sus síntomas.
Los síntomas son impredecibles y pueden aparecer y desaparecer, lo que dificulta la vida cotidiana de los pacientes. La enfermedad afecta a cada persona de forma diferente, y quienes padecen COVID prolongado tienen dificultades para llevar a cabo tareas cotidianas como conducir, realizar actividades rutinarias o cuidar de sus seres queridos.
Aunque no existen tratamientos aprobados para el COVID prolongado, eso no significa que no podamos hacer nada para protegernos. Estar al día con la vacuna COVID-19 puede ayudarnos a protegernos de esta condición.
¿A quién afecta esta enfermedad?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 10-20% de las personas infectadas por este virus experimentarán diversos efectos a medio y largo plazo tras recuperarse de la enfermedad inicial. Las infecciones repetidas por COVID pueden aumentar los síntomas a largo plazo. Un análisis reciente realizado en Canadá demostró que tener tres o más infecciones aumentaba los síntomas a largo plazo en un 40%.
El COVID prolongado puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o estado de salud. Un metaanálisis de 21 estudios en los que participaron más de 80.000 niños de 0 a 18 años estimó que la prevalencia de COVID prolongado en niños era del 25%, y el 14,8% de la población pediátrica declaró síntomas persistentes a los 12 meses.
Aunque ciertos factores, como el sexo, la gravedad de la enfermedad, las afecciones médicas subyacentes y el estado de vacunación, aumentan el riesgo de COVID prolongado, al menos 1/3 de los individuos con esta afección no presentan ninguna afección médica subyacente.
La vacunación se ha posicionado como una herramienta esencial para prevenir futuras complicaciones del COVID-19. Un equipo de investigadores del Departamento Nuffield de Ortopedia, Reumatología y Ciencias Musculoesqueléticas (NDORMS) de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha publicado un estudio que demuestra que la inmunización contra el coronavirus reduce el riesgo de síntomas prolongados de la enfermedad.
Para esta temporada 2024, el Ministerio de Salud de nuestro país está utilizando Spikevax, una vacuna desarrollada por Moderna. La composición para la temporada 2024 ha sido actualizada, y el calendario es ahora similar al de influenza, con una dosis al año. La vacuna monovalente actualizada Spikevax XBB.1.5 es gratuita para toda la población a partir de los 6 meses de edad en todos los centros de vacunación del país. https://pai.mspbs.gov.py/centro-de-vacunacion/
Las autoridades sanitarias locales e internacionales recomiendan que todas las personas, especialmente aquellas con comorbilidades, reciban la vacuna COVID-19 actualizada. La inmunización sigue siendo la mejor protección contra la hospitalización y la muerte relacionadas con el COVID-19. A partir de los seis meses de edad, la vacuna estará disponible para niños y adultos para protegerlos contra los riesgos de esta enfermedad.