Por Gonzalo Quintana
En las últimas semanas se produjeron dos noticias políticas que en otros países provocarían un terremoto. En nuestro país, por ahora, resultaron irrelevantes. Es como que la gente sabe lo que pasa y…bueno.
1.- Por un lado, casi se instala el síndrome de “Pato Cojo o rengo” (Lame duck) al principio del mandato cuando es el síndrome más observado y temido cuando se está acabando el mandato.
Un pato rengo o pato cojo es la denominación que se le da a alguien en un cargo electivo a quien se aproxima la fecha en que debe dejarlo, especialmente alguien para quien ya se ha elegido su sucesor. Es decir, ya no tiene el poder suficiente y la administración está más atenta a lo que quiere el sucesor que a lo que quiere el que esta al mando.
En otros países que el presidente anuncie, casi al inicio del mandato, sería un hecho político que afectaría inclusive el desempeño en la bolsa de valores, en la diplomacia, etc.etc.
Aquí el efecto es casi nulo por dos motivos. No altera para nada la relación de poder existente, el gran elector es otro y la historia reciente del Paraguay muestra que después de Wasmossy, el candidato del presidente no pasó las internas. La ANR resultó durante la transición el gran elector.
Entonces, el presidente puede ejercer plenamente su poder si está dispuesto a hacerlo sin ningún riesgo. El riesgo de ejercer plenamente el poder es casi una ficción; un morebí ñe Mondýi.
2.- Por otro lado, esto si es gravísimo porque se percibe como cierto. Se difundió por todos los medios la especie que Nenecho está en problemas porque el Cartismo “le soltó la mano”. Es decir, el juicio penal se va a desarrollar porque el acusado intendente de hacer desaparecer 500 mil millones perdió la protección política de HC.
Hoy, las informaciones coinciden: la mano está hecha un puño para protegerlo y demostrar así que la protección política es mucho más fuerte y eficaz que la protección que da la ley a cualquier ciudadano en un Estado de derecho.
No hay calificadora que otorgue “grado de inversión” que pueda ayudar a la inversión si la convicción, la sensación, es que no existe independencia del poder Judicial.
Lo peor es que está naturalizado, ya no asusta, que haya manos que sujetan y manos que se sueltan.
En estas condiciones, la ley es un instrumento no para garantizar la justicia, sino que una herramienta de dominación mafiosas. Es impunidad pura y dura,
En este caso, el presidente ha mantenido una actitud correcta. Sin embargo, el daño potencial es enorme por lo que hay que ayudarlo a construir un muro de contención para los que pretenden mostrar un poder destructivo para la nación.