Por Robert Marcial González
MARIO VARGAS LLOSA: CARTÓGRAFO DEL PODER, BAQUEANO DEL ALMA
En su infinito afán de protagonismo, el domingo 13 de abril de 2025, los medios de prensa y las redes sociales, sin siquiera contrastar acabadamente la información, se hicieron eco de una de esas tantas fake news que, con cada vez mayor frecuencia, distorsionan la verdad y sacuden los cimientos del mundo. La falsa noticia decía: “Murió el escritor Mario Vargas Llosa”.
Si bien tengo para mí, que toda persona comprometida con el ideal socrático del autoconocimiento; o, consustanciada con el ejercicio de la necesaria, saludable e impertinente curiosidad vital que exigía Aristóteles a los atenienses; o, compenetrada con el estimulante hábito de exploración profunda de nuestra humana condición que tanto obsesionó a genios creadores de la talla de Faulkner, García Márquez, Virginia Woolf, Proust, Dostoievski, Tolstói, Yourcenar, Flaubert, Víctor Hugo o Freud entre otros muchos, deberían estar en condiciones de dimensionar quién es la persona aludida por las fake news que aquí denunciamos con firmeza, me permito compartir unas apostillas que posibilitarán, que aquellos que cayeron en la trampa mediática, no sucumban ante la frivolidad o la ligereza de quienes pretenden dar muerte a Mario Vargas Llosa.
Humanista intransigente -valga el oxímoron-, su personalidad siempre supo conjugar, en perfecto equilibrio, todas las virtudes que engalanaron a los principales referentes del Renacimiento y de la Ilustración. Su saber enciclopédico y su sensibilidad artística, fueron permanente y generosamente puestas, en igual medida, al servicio del enriquecimiento de la sociedad y del individuo. Cultor excelso de los más variados géneros de la escritura y del pensamiento como la literatura, el ensayo, la crítica, el teatro, la entrevista, la crónica, etc., desde siempre fue capaz de cautivar, con el embrujo de su pluma, a cualquier persona dispuesta a sublevarse contra la chatura, las injusticias y las imperfecciones del mundo que habitamos.
Logró, como nadie, establecer los contornos dentro de los cuales, es perfectamente legítimo y absolutamente necesario, que un escritor de ficción se muestre comprometido con las transformaciones sociales a través del ejercicio de la literatura. Producto de ello, fijó, también como nadie, los límites fuera de los cuales el escritor comprometido deja de ser un agente de liberación del individuo para convertirse en un epígono del poder o de quienes ejercen o aspiran ejercer el poder.
La lucidez de su pensamiento y su esfuerzo denodado en defensa de la libertad y la dignidad del ser humano, hizo que se ganase el resentimiento de los esclavos de la consigna y de los vendedores de utopías arcaicas, quienes, cada vez que debieron enfrentar la pluma ácida, audaz y crítica ejercida con pasión y equilibrio (valga la aparente contradicción) por MVLL, encontraron mayores obstáculos y dificultades a la hora de promover la venta de las falacias quiméricas que tanto daño le han hecho a la humanidad a lo largo de la historia.
Como solo logran hacerlo los grandes Maestros, fue capaz de mostrarnos que nuestra relación con el mundo, no está fatalmente condicionada a lo que dicten las estructuras de poder dirigidas por los eternos “especialistas en mandar”. Denunció siempre a los “aparatos ideológicos del Estado” con valor y firmeza.
Entendió, como muy pocos, que el ser humano puede entablar una relación con la sociedad de su tiempo ingresando al mundo por numerosas puertas de entrada y que -más allá de las inevitables vicisitudes propias de cualquier viaje de exploración y auto conocimiento reflexivo- el producto final será virtuoso si descendemos a las profundidades de nuestras platónicas cavernas con la antorcha del pensamiento crítico, si ejercitamos micro resistencias en todo momento y, fundamentalmente, si ponemos en práctica los ideales de libertad, igualdad y fraternidad siempre acechados por los archimandritas que le dan voz a los fanáticos y a los populistas que promueven la intolerancia y combaten toda forma de diversidad, inclusión y pluralismo.
Con una generosidad sin límites, promovió la lectura de obras y autores clásicos a través de libros como “La verdad de las mentiras”, “La tentación de lo imposible”, “La orgía perpetua” o “Historia de un Deicidio”; pero, además, tuvo la grandeza de poner sobre la palestra a escritores desconocidos de cuyas obras, muy difícilmente nos hubiésemos beneficiado sin la mano generosa tendida por MVLL. Pienso, por ejemplo, en escritores hoy ya consagrados como el español Javier Cercas o el colombiano Juan Gabriel Vázquez cuyos valiosísimos aportes intelectuales desde la literatura, la crítica y el ensayo, están al alcance de nuestras manos, en gran medida, gracias a que MVLL supo combatir el ego, la vanidad, la mezquindad y muchas otras miserias de las que hacen gala la mayoría de los seres humanos que logran alcanzar un mínimo de protagonismo dentro de la civilización del espectáculo que nos rige.
Su capacidad para escudriñar con maestría artística y perfección quirúrgica en los entresijos de la condición humana a través de su obra literaria, lo convirtieron, por derecho propio, en un escritor de transcendencia universal. La Academia sueca le otorgó el Nobel resaltando que, con su fina pluma, supo convertirse en un gran cartógrafo del poder.
Agrego al certero dictamen de la Academia, que MVLL es además un eximio baqueano del alma. Si los grandes historiadores se destacan por contar los hechos que marcan a los pueblos, los grandes literatos ganan el Olimpo cuando saben mostrar aquellas derivaciones de los hechos (reales o ficticios) que marcan, definen, perfilan y condicionan el alma del individuo. Esa “historia privada de las naciones” a la que aludió magistralmente Balzac cuando definió a la novela, encuentra en MVLL a uno de sus principales exponentes. Si me permiten la metonimia o la sinécdoque, Mario Vargas Llosa no solo es el novelista por antonomasia, sino que es la novela misma personificada.
A lo largo de su vida, hizo gala de una rarísima cualidad en la especie humana: cuando tuvo que rectificar sus posiciones a partir de la revisión crítica, no tuvo empacho en hacerlo. En un mundo donde la coherencia se mide por la militancia obstinada en el error, MVLL dio muestras de grandeza apeándose de posturas dogmáticas o intransigentes con absoluta honestidad intelectual y muchísima valentía cívica. Sus detractores podrán cuestionar sus posiciones políticas pero, a diferencia de los muchos adversarios que no dudaron en legitimar gobiernos autoritarios o dictatoriales como los de Castro, Pinochet, Stalin, Chávez u otros dictadorzuelos, Don Mario Vargas Llosa siempre denunció y enfrentó a los proyectos totalitarios o populistas sean del signo que sea, lo que lo convierte en un demócrata a carta cabal.
Espero, de corazón, que todos los rasgos de MVLL apuntados hasta aquí (así como los muchísimos aspectos de su personalidad y de su obra que dejo de lado) sirvan para desmentir la fake news que instalaron los medios y las redes. No es cierto que el pasado 13 de abril de 2025 haya muerto MVLL. El pasado 13 de abril de 2025, MVLL se convirtió en INMORTAL ganando la ETERNIDAD. Una persona que hizo tanto pero tanto para mejorar genuinamente el mundo para así dejarlo un poquito mejor de lo que estaba cuando él llegó a él, no muere sino que se convierte en INMORTAL…
Mario Vargas Llosa, desde la eternidad reservada a los grandes humanistas, seguirá ejercitando, a través de su prolífica e inefable obra escrita, su virtuoso oficio de cartógrafo del poder y baqueano del alma en beneficio de todos aquellos que deseen mejorarse como ciudadanos y enriquecerse como personas…
Gratitud eterna Don Mario…!
