El Buque Escuela Cuauhtémoc, velero de instrucción de la Armada mexicana, colisionó el sábado por la noche con el histórico puente de Brooklyn, dejando al menos dos muertos y unos 22 tripulantes heridos, entre ellos 11 en estado grave. El accidente ocurrió en el momento en que la embarcación intentaba abandonar el puerto neoyorquino, tras una visita protocolar iniciada el 13 de mayo.
Según reportaron fuentes oficiales, el mástil del buque, de más de 40 metros de altura, no logró pasar por debajo del puente debido a una mala maniobra o a un posible error de cálculo de las mareas. La estructura golpeó de lleno contra la parte inferior del viaducto, provocando daños y haciendo que parte de la tripulación, que se encontraba realizando maniobras sobre el mástil, sufriera heridas por caída y proyección de escombros metálicos.
La NYPD y la Guardia Costera iniciaron una investigación para determinar si hubo negligencia en la planificación del paso, en una ciudad donde el tráfico fluvial convive con infraestructura centenaria.
El puente de Brooklyn, inaugurado en 1883, es uno de los íconos históricos de la ciudad. A lo largo de su historia, sufrió cierres por incidentes estructurales y fallas logísticas, pero este es uno de los episodios más graves registrados desde su modernización en los años ‘80. El incidente revive debates en torno a la infraestructura portuaria y los controles de navegación en la costa este de EE.UU.
El impacto que causó su colisión en Brooklyn va más allá de los daños físicos. Para México, representa un golpe simbólico a una de sus insignias de prestigio internacional. Para Estados Unidos, una advertencia sobre los límites y riesgos del turismo diplomático sobre ríos con historia.
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